Los Yamim Noraim (en hebreo: ימים נוראים) son aquellos 10 días que transcurren entre las festividades de Rosh Hashaná y Yom Kipur (ambos días inclusive); son días de introspección, reflexión y arrepentimiento (teshuvá) para el pueblo de Israel, en los cuales aquellos que consideran haber realizado alguna falta durante el año tienen la oportunidad de remediarlo.
Según la tradición, durante estos días, se cree que D-os evalúa a los creyentes por su actuar durante todo el año y termina de juzgar en Yom Kipur y su respectivo desenlace en el correr del nuevo año.
A su vez, la tradición señala que D-os solo perdona aquellos pecados de transgresión a sus escrituras, pero aquellos pecados contra el prójimo deben ser remediados por el hombre, por lo tanto, estos días son para ponerse a cuentas con el hermano, pedir perdón, y restituir su fuese necesario (tikún).
La tradición también ha llamado a estos días como “los días terribles” o “días temibles”, también se le conocen como los “días de retorno”.
En el mes de Elul comienza el periodo de preparación para este tiempo de arrepentimiento, es un mes que nos da la oportunidad de renovarnos. El mes de Elul es el mes de la misericordia y del perdón. Este mes lo recibimos para poder prepararnos para el Día del Juicio, Rosh Hashaná y para los días siguientes hasta llegar a Yom Kipur todos debemos presentarnos delante de nuestro creador, de nuestro Rey.
Con motivo de alistarse para el Día del Juicio, intentamos reflexionar sobre nuestros hechos, sumando nuestras acciones del año pasado, como en el versículo, «Prepárate, Israel, a afrontar a tu Dios» (Amós 4:12). Este periodo de reflexión se lleva a cabo durante todo el mes de Elul, que es el que precede a los Yamim Noraim.
Para reforzar nuestros méritos y despertar la misericordia Divina, debemos liberarnos de la suciedad que se nos pegó durante el año, lavar las transgresiones y quitarnos de encima los pecados que fuimos cargando a lo largo del año para poder presentarnos limpios al Juicio Divino. Es necesario arrepentirse sinceramente ante el Creador durante los días que preceden al Día del Juicio, para poder presentarnos ante Él estando limpios y obtener un juicio favorable y un año de abundancia y bienestar.
La misericordia Divina es tan grande que nos otorgó un mes entero para pedir perdón y arrepentirnos de nuestras malas acciones hasta poder quedar limpios de pecado. Si la persona no aprovechó la primera oportunidad que le da el Creador para arrepentirse, la misericordia Divina le brinda otra oportunidad: los Diez Días de Arrepentimiento, que son como un quitamanchas que permite una limpieza profunda.
Fuente: www.kehilatbao.cl