Bomberos brasileños y efectivos de rescate israelíes continúan las labores en el movedizo barro que dejó el derrumbe
de una represa en Brumadinho, en el Estado brasileño de Minas Gerais. A medida que pasan las horas y casi no quedan esperanzas de encontrar sobrevivientes, israelíes y brasileños continúan los trabajos de rescate y tratan de sacar del lodo cuerpos sin vida, mientras aumenta la presión sobre la empresa minera responsable de la presa que colapsó y provocó una inundación de desechos de mineral de hierro.
Al final del día, el número de muertos aumentó a 65, y el número de personas desaparecidas ascendió a 279, según informó el teniente coronel Flavio Godinho, del Departamento de Defensa Civil en el Estado de Minas Gerais, al sureste del país.
Más de cien israelíes equipados con tecnología de rescate especializada se unieron a los 200 bomberos brasileños en la búsqueda.
La delegación israelí está compuesta principalmente por especialistas militares de búsqueda y rescate y oficiales médicos, y también incluye miembros de la unidad de buceo Yaltam de la Armada israelí, ya que los militares están preparados para la eventual realización de una cantidad significativa de misiones submarinas en la región inundada.
El ejército dijo que los equipos de búsqueda y rescate usarían un radar, sistemas de detección submarino y celular y drones para localizar a las personas desaparecidas.
El vicejefe de la delegación, teniente coronel Sagui Baruch, rechazó las críticas que se hicieron oír en las últimas horas según las cuales los militares israelíes no trajeron el equipamiento adecuado al tipo de terreno en el que debían trabajar en Brasil y apto para la tragedia sucedida en esta ocasión. Baruch dijo que los miembros de la delegación están trabajando en estrecha cooperación con las fuerzas brasileñas y que Israel es el único país que envió personal para ayudar a los rescatistas locales.
La catástrofe ocurrió cerca del mediodía del viernes en el municipio de Brumadinho, a 60 kilómetros de Belo Horizonte, sepultando buena parte de las instalaciones del complejo minero Córrego do Feijão, perteneciente a Vale, una empresa gigante del sector minero.
Fuente: www.agenciaajn.com