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Reseñas Habima
Niños ocultos
Institución: Guimel
En el marco de una participación especial, el grupo Guimel presentó la lectura dramatizada de Niños ocultos, un texto original de Daiset Sarquis que, bajo la sensible dirección de Rina Rajlevsky, se convierte en una experiencia íntima, contundente y emocionalmente precisa. A pesar de tratarse de una lectura, la propuesta escénica no escatimó en atmósferas: la iluminación diseñada por Yonatán Mendelsberg y la musicalización de Mariana Chávez-Lara colaboraron para intensificar el tono melancólico y reflexivo de la pieza.
El elenco, conformado por Sharon Kleinberg y Joss Hernández, dio vida a los complejos vínculos entre una madre y su hijo, marcados por el duelo y el peso de lo no dicho. Desde sus atriles, ambos actores lograron transmitir una tensión sutil, cargada de silencios y palabras medidas, que invitó al público a habitar con ellos ese umbral doloroso entre lo revelado y lo oculto.Niños ocultos no solo plantea preguntas sobre la identidad y la herencia del silencio, sino que lo hace con una poética contenida, sin excesos, confiando en la fuerza del texto y en la honestidad de la interpretación. La lectura dramatizada funcionó, más que como una presentación en proceso, como un acto de memoria y revelación. Una pieza que exige escucha, pero que ofrece, a cambio, una resonancia emocional duradera.
Habimita
Instituciones: Bet Hayladim, Colegio Hebreo Tarbut y Colegio Hebreo
Maguen David
Dentro del cálido y festivo marco de Habimita, niñas y niños de nivel primaria demostraron que el teatro es también un juego serio: un espacio donde la creatividad, la expresión y el trabajo en equipo florecen con fuerza propia. Seis obras de distintos grupos escolares se presentaron con entusiasmo, humor y momentos de profunda ternura.Los cazadores de monstruos, del grupo BHHL de Bet Hayladim, abrió con energía una historia donde el miedo se transforma en empatía. Bajo la dirección de Moy Almog y con un numeroso elenco, la obra desafía los prejuicios al preguntarse si los monstruos son realmente el problema. El grupo mostró gran compromiso escénico y una narrativa con doble lectura: divertida para los niños, reflexiva para los adultos. Del mismo autor, Max Dylan, llegó Cuando el rey no está, también dirigida por Almog con el grupo BHHM. Aquí, el caos que deja la ausencia de una figura de poder es abordado con humor y situaciones disparatadas, que los pequeños actores resolvieron con frescura. Una puesta ágil que dejó entrever el talento en formación del elenco.
Desde el Colegio Hebreo Tarbut, La casa misteriosa, una creación colectiva, sorprendió por su tono de aventura fantástica. La dirección de Yesenia Sadovitch y la música original del taller liderado por Shay Kleinberg aportaron identidad propia a esta historia de tres hermanos, donde valores como la fraternidad y la valentía fueron el hilo conductor.
También desde la Tarbut, el grupo de 5º grado presentó Matilda, una niña extraordinaria, una adaptación libre del clásico de Roald Dahl. Dirigida nuevamente por Sadovitch y con coreografías de Galia Diner, esta versión de Matilda puso el acento en el aprendizaje emocional y la fuerza de la imaginación como herramienta de transformación. El elenco, con niñas y niños en múltiples roles, mostró un contagioso entusiasmo y una energía escénica que cautivó al público.
Finalmente, Linda, del grupo Maguen Kids, escrita y dirigida por Cecilia Noreña, ofreció una entrañable lección sobre la inclusión. Con un elenco colorido y variado —hadas, sirenas, conejos y brujas—, la obra cuestionó qué significa ser “lindo”, y lo hizo con humor, ternura y un mensaje claro: la belleza está en la diversidad.
Habimita no solo fue una muestra de talento infantil, sino un recordatorio de que el teatro, incluso en sus formas más simples, es una poderosa herramienta para formar sensibilidad, empatía y comunidad.
Muertos de la risa
Institución: Juventud CDI (CDI)
Con un título tan provocador como Muertos de la risa, el grupo Juventud CDI presentó una comedia irreverente que, desde el humor negro, se atreve a mirar de frente a la muerte y al absurdo de la existencia. Basada en un texto de Jean-Pierre Martínez, la obra toma forma bajo la ágil dirección de Jack Giffords, quien logra equilibrar el tono satírico con un ritmo escénico dinámico y preciso.
El elenco —conformado por Shoshana Zaed, Pola Simjah Zaed, Sarit Mizrahi, Samy Aroesti, Melisa Nehmad, Alan Nahmad, Daniel Braverman, Daniela Rivera y Ariela Rivera— se luce en escenas que transitan desde lo hilarante hasta lo desconcertante. Cada actor encuentra momentos de brillo, contribuyendo a un conjunto que funciona como un mecanismo coral bien afinado, en donde las entradas, salidas y réplicas se mueven con fluidez y picardía.
Muertos de la risa no es solo una comedia negra; es también una crítica ligera, pero punzante, a la falta de sentido en la vida cotidiana y a nuestras respuestas frente a lo inevitable. El resultado es una pieza entretenida, sorpresiva y con momentos que arrancan carcajadas tan incómodas como necesarias. Una propuesta fresca y valiente que confirma el talento escénico emergente de Juventud CDI.
El Humano perfecto
Institución: Independiente
En el marco del 34 Festival Habima de Teatro, el grupo independiente Sigma presentó una propuesta que no solo desafía al espectador, sino que lo sacude hasta el tuétano: “El humano perfecto”, una obra escrita y dirigida con pulso quirúrgico por Alan Klapp Sasson, que se atreve a mirar de frente lo que la mayoría prefiere ignorar: nuestras heridas más profundas, nuestras contradicciones más crudas y la insoportable levedad del alma humana. La historia sigue a Jack, interpretado con una sensibilidad devastadora por Ramy Dana, un hombre atrapado entre la desesperanza y la ira, quien en un momento de quiebre se atreve a desafiar al mismísimo D-os. Lo que sigue no es una respuesta divina en el sentido tradicional, sino una oportunidad: reescribir su destino. Así comienza una travesía surrealista y emocionalmente extenuante, guiado por un excéntrico mentor —una figura tan misteriosa como hilarante— que sirve como espejo distorsionado de su conciencia. El elenco brilla en un juego coral tan equilibrado como visceral. Fortuna Roffe, Susy Ninio, Isaac Bistre, Pola Maya e Isaac Maya dan vida a una familia fracturada, cuyos silencios y secretos son tan elocuentes como sus palabras. Cada mirada, cada pausa, cada gesto —meticulosamente construidos bajo la dirección de Alan Klapp— cargan un peso simbólico que traspasa el escenario. “El humano perfecto” no es teatro para espectadores pasivos. Es una experiencia que exige, que confronta, que obliga a mirar hacia adentro. En un mundo que busca respuestas inmediatas, esta obra nos recuerda la importancia —y la incomodidad— de hacer las preguntas correctas. Una apuesta valiente, provocadora y profundamente humana. Un espejo incómodo, sí… pero absolutamente necesario.
