Rosh Hashaná comienza al atardecer del domingo 29 de septiembre de 2019 hasta la tarde del martes 1 de octubre. 

La celebración marca el punto de partida de jornadas de reflexión que culminan con la festividad de Yom Kipur, que es el Día del Perdón, cuando se hace un balance de lo vivido y se obtiene la purificación espiritual.

Luna nueva de elul

Esta secuencia comienza en el judaísmo con la Luna nueva de elul, último mes del calendario que precede a Rosh Hashaná. Durante todo el mes se escuchan temprano, en la madrugada, los sonidos del shofar, que llama al judío al arrepentimiento y le recuerda la proximidad de las fiestas religiosas.

El año nuevo judío se recibe con alegría. Su celebración es en la sinagoga, y se caracteriza por las plegarias, el ruido inaudible de nuestros pensamientos, y de nuestra propia alma, y los conmovedores sonidos del shofar.

Para esta festividad, las familias se reúnen y se realiza una cena, donde se preparan comidas típicas de la celebración.

Generalmente se reúnen abuelos, padres, hijos, hermanos y tíos, aunque en algunas oportunidades se invita a los amigos, aunque más que nada, es una celebración íntima. Se prepara una mesa muy bien arreglada, con los mejores platos, vasos y cubiertos.

No pueden faltar manzanas y miel, que simbolizan la dulzura. La miel significa el augurio de un próximo año dulce. El pan jalá y platos sencillos elaborados con pescado o pollo con miel y una copa de vino dulce ritual es bebido.

En la cena, se realiza una bendición con el vino y se moja una rodaja de manzana en miel. Para el postre, no puede faltar la torta elaborada con miel. En la Sinagoga, el sonido del shofar recuerda al que tocaban en épocas de guerra para asustar al enemigo. Para desearse buen año, se dice “Shaná tová, jatimá tová”, que significa “que sea inscripto y sellado”.

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