Todo es por Providencia
Divina, y por eso hay que meditar el significado que tiene fijar una mezuzá en este día.
Sucá, es una vivienda temporal. Mezuzá, se coloca en una vivienda fija, ¿cuál es la diferencia entre la sucá y el precepto de mezuzá? De acuerdo a la Torá escrita, a primera vista parecerían diferentes por completo, porque de acuerdo con la halajá la sucá está exenta de mezuzá. ¿Por qué? Porque la sucá es una morada transitoria, y toda vivienda temporaria no está obligada a tener mezuzá, solo las viviendas permanentes. Entonces aparentan ser dos cosas opuestas, pero si lo meditamos profundamente, vepnimiut, hay que entender cuál es la relación entre ellas.
La conciencia de transitoriedad humana permite construir una casa para fijar al individuo. Nos mudamos a una sucá por siete días para recordar que en este mundo todo es transitorio. Nos encontramos aquí por un tiempo limitado, cada uno según lo que Hashem le ha designado, y tenemos que aprovechar ese tiempo para traer al Mashíaj. Eso nos enseña la sucá. Por eso la sucá no necesita mezuzá, porque es en recuerdo del tiempo transitorio del mundo. Pero, durante el año vivimos en una morada permanente, en un lugar fijo, que si requiere mezuzá.
¿Por qué ese lugar permanente en que vivimos requiere mezuzá? La Torá nos enseña que toda casa que construye el judío, como esta, tiene que ser un lugar permanente para D-os. Nosotros no somos permanentes, hay solo Uno que es permanente, Hashem. D-os es permanente y su Voluntad es permanente. Si vivo en una casa o trabajo en una oficina permanente, significa que quiero ser socio de D-os, porque Él es permanente.
Yo tengo que morar una vez por año en la sucá, para recordarme que soy un ser humano creado, una criatura que desaparece y es transitoria. Salimos una semana a la sucá para que todo el año pueda ser permanente, fijando una mezuzá -sobre la cual bendecimos al colocarla… nos has ordenado ‘fijar mezuzá’ – para traer a D-os, el único permanente, dentro de la realidad. Hashem está aquí eternamente, ya sea si estoy aquí o no. Hashem nos da la Torá y los preceptos, y la voluntad y el amor en el corazón para traerlo aquí, por siempre. Esta es la conexión entre la sucá y la mezuzá. Así, la sucá nos permite tomar conciencia de la importancia de la mezuzá.
Amor y unidad, el común denominador de la sucá y la mezuzá
Hay una idea muy bella, tanto la sucá como la mezuzá, ambas mitzvot tienen un común denominador que es el amor. Son preceptos del amor, el amor a D-os y el amor entre las personas. El amor provoca que haga algo, que me entregue, que consagre mi vida a los judíos, que consagre mi vida a traer a Hashem dentro de la existencia y a traer Su amor a los judíos en el mundo. Hoy tenemos entonces mezuzá y sucá. En este momento no estamos sentados dentro de la sucá, pero está aquí, porque es la festividad de Sucot, entonces de una forma makif de makif, circundante de circundante también está aquí la sucá.
Cuando entro a la sucá, la morada transitoria, la Torá dice “Todos los ciudadanos en Israel se sentarán en Sucot”, donde ciudadano, se refiere a quien reside en la Tierra de Israel.
Según un verso del principio de la Meguilat Kohelet [Eclesiastes] que leemos en Sucot, “generación va y generación viene y la tierra está por siempre”, quien está permanente a través de la esencia de su alma, que es “parte de D-os en lo Alto tal cual”, ingresa a morar en una morada transitoria (que significa un descenso del alma inmortal para investirse en un cuerpo perecedero) que no requiere mezuzá –pero después de Sucot volvemos a casa, desde Simjat Torá.
El día principal para comenzar a trabajar a aquí es después de Simjat Torá– cuando recibimos energía para actuar dentro del mundo (por eso los jasidim acostumbramos declarar al terminar Simjat Torá “¡y Iaacov salió a su caminó!”).
La conciencia transitoria de la sucá brinda la voluntad, el poder para traer a Hashem al mundo y a nosotros. La mezuzá continúa todo el año, ella nos habla de traer a Hashem adentro de la realidad y del cuerpo perecedero tal cual, de una forma permanente, de una manera de vida eterna.
Fuente: www.dimensiones.org