El mundo fashion de una de las mayores ciudades de

Israel es el fiel reflejo de la evolución cultural de la región. A fondo, la historia de tres firmas representativas de los looks predominantes en la actualidad

Hace ya algunos años Tel Aviv se posicionó como una referencia de la moda en medio oriente. Una ciudad joven y cosmopolita donde convergen diferentes culturas, desde su estrecha relación de influencia europea con el encanto de tradiciones milenarias. Y la moda, como no podía ser de otra manera, también es un reflejo de los orígenes, las costumbres y su mirada hacia el futuro.

Así, Infobae recorrió las calles de la segunda ciudad más importante de Israel para conocer tres firmas tan diferentes como representativas del ambiente fashion. Diversas maneras de vivir el ámbito de la estética desde la mirada de tres firmas locales. Se trata de Maskit, la primera gran firma de moda del país; Trash, el imperio de las prendas recicladas, y Noevau Riche Dog, el paraíso de la indumentaria unisex.

Para las tres firmas hay un punto en común: los ejes de la moda urbana se centran en piezas minimalistas, monocromáticas, con ausencia de estampas y donde predominan los materiales nobles de origen natural -seda, algodón y linos-, debido a las altas temperaturas de una ciudad en la que brilla el sol unos 300 días de cada año.

Innovación, tecnología y diseños son otras de las características que engloban los diseñadores israelíes. De hecho, en la propia Tel Aviv se encuentra el Shenkar Collegue Institute, la escuela de ingeniería y moda posicionada entre las diez mejores del mundo. De allí surgieron importantes referentes que triunfan en la industria a través de sus creaciones como Alber Elbaz, director creativo de la maison francesa Lanvin hasta 2015, la joven diseñadora Danit Peleg, que prevé revolucionar la industria a través de las impresiones 3D, o Sharon Tela, encargada de darle una nueva imagen a la primera casa de moda en la ciudad, Maskit.
La lujosa boutique femenina tiene su sede principal y atelier en el emblemático barrio Viejo Jaffa. La primera firma nacional, impulsada en 1954 por Ruth Dayan -esposa del político Moshe Dayan- incentivó la idea de crear oportunidades de trabajo para los nuevos inmigrantes en el campo de la artesanía. En ese momento del siglo XX, Tel Aviv recibía importantes cantidades de extranjeros.

Durante veinte años, la firma estuvo fuera del mercado. Hasta la llegada de la joven diseñadora Sharon Tal, quien después de graduarse en Shenkar, continuó su formación en los talleres del reconocido bordador Alexander McQueen, en Londres.

Maskit reabrió sus puertas en 2003 y evocó en cada una de sus colecciones a los oficios tradicionales de medio oriente aplicados a la ropa contemporánea. Les otorgó singularidad y se posicionó como marca líder. En su última presentación predominan los géneros naturales y livianos como el lino y las sedas; una amplia gama de tonos, sin estampas, sin marcar la silueta femenina ni accesorios, pero con el detalle único de bordados realizados a manos por las artistas artesanales.
“Nuestra inspiración para esta última línea de cuarenta piezas fue el mar muerto. Predominaron sus colores, negro, azul, marrón y crudos. El material elegido para los bordados es muy amplio, madera, perlas, todos intervenidos por nuestros talleres, no compramos nada previamente facturado”, comentó el responsable de la marca, Daniella Wincer.

“Todo puede transformarse. Doy una segunda oportunidad a los materiales”. Bajo esa premisa, el reconocido diseñador de la firma de indumentaria masculina, Mauricio Pollaseck realizó sus piezas únicas. Situado en Florentine, un barrio bohemio donde conviven artistas, chefs, graffiteros y diseñadores, se encuentra el atelier de Trash, la firma que ya consolidó su espacio como un emblema del reciclaje.

Pollaseck llegó a Tel Aviv procedente de Brasil detrás de su sueño de convertirse en un artista en el mundo de la moda. Procedente de una familia ortodoxa judía, debió luchar para reinventarse. De eso también se trató su propuesta de indumentaria. Hay ponchos, bolsas, bermudas, pantalones y parkas, todas piezas únicas y singulares. Su leitmotiv es la creación de prendas singulares a partir de retazos reciclados. “Puedo confeccionar un poncho a partir de cinco cortinas, un saco que se transforma en mochila nacido de quince pares de jeans y si lo que sobra no alcanza para una pieza, pues lo transformo en un collar”, puntualizó.

El creativo es un impulsor del reciclaje, suele comprar ropa usada y adaptarla a sus obras y también recibe donaciones constantes. No concibe otra manera de diseñar. “Disfruto mucho el proceso de creación, desde la búsqueda de los géneros hasta la confección. Yo estoy involucrado en todo el proceso, me encargo de todo”. El joven diseñador israelí Maoz Dahan apostó en su local Noveau Riche Dog a una colección a prendas que no distinguen género: hay pantalones tobilleros, camisas, chalecos, camisetas sin mangas y hasta vestidos que pueden lucir tanto hombres como mujeres. El creador busca romper estereotipos a través de una línea de indumentaria y accesorios con una clara línea urbana.

“Un hombre puede usar camisolas estilo vestido y una mujer, bermudas sueltas, no hay reglas definidas. Busco arriesgar en cada creación” comentó Dahan a Infobae. Además, predominan los diseños de líneas amplias monocromáticos, en tonos negro, verde y blanco. “Aquí las estampas no predominan, al público le gusta llevar un total look”, destacó.

A pocos metros de su tienda, sobre la avenida Dizengoff, se encuentra la famosa Barberia Barbers, ya que en Israel la barba también se impone como tendencia masculina. Por lo general, los clientes que visitan la tienda Noveau Riche Dog, completan su look en este reconocido salón.

Fuente: www.unidosxisrael.org

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