Beyajad 7 de octubre

Ceremonia conmemorativa del 7 de octubre

El Grupo Beyajad se reunió en una emotiva ceremonia conmemorativa para recordar y rendir homenaje a las víctimas del 7 de octubre de 2023, una fecha que marcó profundamente al pueblo judío y al mundo entero. El encuentro fue un espacio de unión, memoria y reflexión, en el que se destacó la fortaleza, la fe y la resiliencia del espíritu judío ante la adversidad.

La ceremonia fue conducida con gran sensibilidad por Nurit Mendelsberg, quien fungió como maestra de ceremonia. En su mensaje de apertura, invitó a los presentes a mantener viva la memoria y a honrar a quienes perdieron la vida, recordando que cada encuentro de esta naturaleza fortalece la solidaridad y el sentido de comunidad.

El programa continuó con la participación de la Morá Jackie Rubinstein, quien compartió palabras profundamente conmovedoras. Retomando el pasaje de Jeremías —“Kol baramá nishmá nehi, bejí tamrurim Rajel mevaka al baneha” (“Un clamor se oye en las alturas, llanto y gemido amargo, Rajel se lamenta por sus hijos”)—, recordó cómo el dolor del 7 de octubre se suma al largo camino de sufrimiento y resistencia del pueblo judío a lo largo de la historia.

La Morá Rubinstein expresó con fuerza que, aunque el lamento resuena una vez más, Israel y el pueblo judío no se dejan vencer. Desde los tiempos bíblicos hasta nuestros días, la resiliencia ha sido la mayor fortaleza de este pueblo que se levanta una y otra vez, conservando su identidad, su fe y su esperanza. Con voz firme concluyó: “El León de Yehudá vuelve a emitir su rugido de batalla. No podrán vencernos. Am Israel Jai Vekayam”.

Posteriormente, la Morá Silvia Faingerch compartió un mensaje igualmente profundo y reflexivo. Con una mirada desde su propia vivencia, habló del impacto que tuvo el 7 de octubre en el alma del pueblo judío contemporáneo:

“Nací en un mundo donde ya existía el Estado de Israel; creí que esa era nuestra garantía, nuestra seguridad… pero el 7 de octubre nos demostró que nada está asegurado. En unas horas, el horror volvió a tocar a nuestra puerta”.

La Morá Faingerch recordó los terribles acontecimientos de aquel día —las vidas perdidas, los secuestrados, las familias desgarradas— y planteó con valentía las preguntas que aún duelen: ¿cómo es posible que, tras tanto sufrimiento, el pueblo judío vuelva a ser acusado, señalado, y que el antisemitismo resurja con tanta fuerza?

Con esperanza, también subrayó la resiliencia del pueblo de Israel, su capacidad de reconstruirse y seguir adelante. “Israel sigue siendo nuestra garantía, pero ahora seremos más cautos y menos ingenuos. El precio pagado ha sido alto, pero resistimos y seguiremos resistiendo. Es difícil ser judío, pero es un orgullo serlo”.

El momento más solemne de la ceremonia llegó con el encendido de una vela conmemorativa, símbolo de luz, memoria y esperanza. Los asistentes se pusieron de pie para guardar un minuto de silencio en honor a las víctimas del 7 de octubre. La llama encendida se convirtió en un recordatorio tangible de que, incluso en los momentos más oscuros, la unión, la fe y la vida prevalecen.

El acto concluyó con un mensaje de cierre que invitó a los presentes a transformar la memoria en acción, a seguir construyendo un futuro de paz, respeto y hermandad. En cada palabra se sintió la fuerza de un grupo que no olvida, que se une en la adversidad y que mantiene encendida la esperanza. Así, el Grupo Beyajad reafirmó una vez más su compromiso con la memoria, la identidad y la vida. Porque recordar no es solo mirar hacia atrás, sino también mirar hacia adelante con dignidad, con amor y con la certeza de que el pueblo de Israel vive y vivirá siempre.

Am Israel Jai.

//Lucero Mora