
Formar parte de un Grupo Representativo del CDI no se trata únicamente de ir a bailar,
se trata de formar parte de algo más grande que uno mismo y, de encontrar no solo increíbles amigos, sino una segunda familia. Especialmente ahora, con la crisis en la que estamos viviendo, de alguna forma nunca me he sentido separada de mi grupo, por más que ha sido un reto para todos, coreógrafos y alumnos, no hemos dejado de seguir adelante buscando maneras de seguir bailando y seguir siendo tan unidos como siempre. Por más que durante este tiempo se ha hecho todo lo posible por tener clases virtuales increíbles, la noticia de que íbamos a regresar al Dépor me causó demasiada emoción, aunque las clases fueran a ser un poco diferentes para cuidar las medidas de distancia, era una oportunidad para ver a mi grupo y sentir la energía en persona, iba a ser un momento para ver y conocer a la gente nueva en el grupo, asimismo volver a ver a mi familia para hacer una vez más lo que a todos nos gusta, bailar. Al ir a mi ensayo presencial, no solo me sentí cómoda al estar rodeada de las personas que más quiero y divertida por el increíble ensayo que tuvimos, también me sentí segura absolutamente todo el tiempo por la manera en la que se están llevando a cabo las medidas para que no exista la posibilidad de contagio, cuidando entradas y salidas, con puntos marcados para mantener la distancia necesaria y con tapabocas todo el transcurso del ensayo, y aunque el ensayo se dio de una manera distinta a como era comúnmente, el grupo no perdió ni una gota de la esencia que lo hace único. Me queda claro, después de haber vivido estas experiencias con el grupo, que aunque vaya a ser un semestre complicado y tengamos retos, la energía y unión siempre van a estar ahí, el grupo que he tenido la suerte de convivir durante los últimos dos años va a seguir ahí, y ensayo con ensayo, voy a seguir sonriendo por lo afortunada que soy de ser parte de un grupo tan especial como lo es Nefesh.
