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Asociación Menorah. ¿Víctima o Victimario?

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Ruth T. de Asse

¿Qué hay detrás de alguien que maltrata?

Desde tiempo inmemorial los grandes sabios han hablado sobre el círculo vicioso del amo y el esclavo, o sea, lo que es víctima o victimario (Hegel habló del amo y el esclavo).

Es como si estuviéramos en una enorme rueda de la fortuna, donde a veces nos encontramos felices y contentos desde arriba dominando al mundo, (a los que están abajo) y, a veces, los de abajo suben y le cortan la cabeza a los dominantes, tomando su posición para luego repetir el mismo patrón de conducta. Digo lo anterior porque tengo la convicción de que hay en el ser humano un instinto de agresión que hace que nos comamos unos a otros (como Freud lo estableció hablando del instinto de muerte: Thanatos).

Mi interés al poner lo dicho sobre la mesa, es que esto sucede en todos los contextos: tanto en el reino animal, el de la flora y fauna, como en el de los seres humanos… Lo que ahora deseo, es enfatizar en el contexto específico de la niñez y la violencia.

Nosotros, los psicólogos hablamos de la transmisión de la violencia a través de las generaciones. Así, el padre violento enseña a su hijo a ser violento. Los bullies en los colegios provienen generalmente de alguna persona significativa que los ha buleado a ellos.

¿Qué puede hacerse con estos niños que son producto de la violencia y que por lo tanto ellos también actúan con violencia imitándola de sus mayores?

Un primer paso sería aceptar el diálogo que inicie una toma de conciencia. Los psicólogos tendemos a usar este discurso: “…escucha pequeño, lo que sucede contigo es que estás siendo muy obediente, en otras palabras, sigues la tradición: como puedes ver, tú obedeces cuando te pegan, de alguna manera respetas a esa persona porque tienes miedo, y el miedo muchas veces se confunde con respeto; entonces tú crees que estás respetando a esta persona y que te van a respetar si tú pegas; sin embargo, pequeño, lo que sucede es que el niño a quien pegaste tiene miedo y puede que se someta a ti. En efecto, se va a someter a ti por miedo si tú le pegas… pero, olvidas que solo por el momento el miedo domina; puede llegar el momento (como te ha pasado a ti) en que lo que domina sea la rabia…”

Lo importante sería – después de este inicio – que el niño aceptara su miedo y su rabia, para entonces intentar ayudar agregando otro factor, esto sería: además del miedo, la rabia y el sentimiento de indefensión; además de la competencia a muerte casi, cambiar la narrativa sobre el respeto mutuo hacia una colaboración que ayude a encontrar soluciones más constructivas a estos problemas. Freud lo llamaría “respetar a Eros”.

Así pues, si entendemos el origen de la violencia, es más probable que se abra el camino a superarla para poder vivir en comunidad y armonía de una manera más constructiva, más empática y más amorosa.

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