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El coraje de ayudar

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Susy Anderman

Si la ONU estableció este año como tema central El rescate durante el Holocausto: el coraje de ayudar, en el Día Internacional para la Recordación del Holocausto, nos deja una profunda reflexión acerca de lo que actualmente sucede en el mundo, no solo en relación a los temas de antisemitismo sino los desafortunados hechos que a lo largo de los últimos meses o años han sucedido. Muertes masivas en varios países, actos terroristas, guerras, violencia, muerte, impunidad. Hoy día, y en verdad siempre, aterra tomar las páginas de un periódico o de internet y saber que en ese mismo instante, acaba de suceder algo que entorpece nuestra capacidad de entendimiento. Cómo puede alguien apuntar una pistola en la cabeza y disparar. Cómo puede alguien hablar de terrorismo bueno como comentario en las redes sociales haciendo diferencias entre una y otras matanzas, según sus afinidades políticas y religiosas.

Lamentablemente, es ese el mundo que hoy vivimos, con tanta divergencia intelectual, en la ética y moral humana que cambia por diferencia de creencias en donde puede haber intelectuales como Reinhart Koselleck, un historiador alemán de los más importantes del Siglo XX, que pronunciaba frases como: “Me desagrada cualquier memoria colectiva porque sé que la memoria real es independiente de la llamada ‘memoria colectiva’. (…) Mi memoria depende de mis experiencias. Y se diga lo que se diga, sé cuáles son mis experiencias personales y no renuncio a ninguna de ellas”. Koselleck, él mismo “sometido a la memoria colectiva de la época nazi durante doce años”, publica ensayos con títulos como“¿Para qué todavía investigación histórica?” (1971) y “Sobre el sentido y el sinsentido de la historia” (1997). Y nos preguntamos a qué se debe tanta falta de sensibilidad y comprensión de un hecho aterrador como lo fue el Holocausto, no solo por lo que significa para la humanidad sino por la falta de empatía humana, que en ocasiones se presenta no solo en un hecho histórico mismo, sino en el camino en el cual la humanidad se conduce en nuestros tiempos, a esa gran indiferencia cotidiana ante sucesos que no se reconocen como pérdida de la conciencia humana, volvemos a los hombres masa, idiotizados y manipulados como títeres por las ideologías sueltas, los criterios que cada vez más arrastran por la opinión de la ignorancia masiva que se propaga gracias a la tecnología.

Los actos o ataques terroristas desde Nueva York, Madrid, Tel Aviv, Jerusalem, París, Beslán, Bombay, Líbano, Londres, Oslo, Moscú, Monterrey, Morelia, Ayotzinapa, entre otros tantos lugares en los cuales la pérdida de vidas humanas, debe ser una alerta para comenzar el coraje de ayudar (entendiendo por coraje como la fortaleza que implica la posibilidad de que alguien ayude al otro), para que exista un compromiso firme de los gobiernos y del pueblo para accionar la libertad de creencias y el respeto a la diferencia de pensamiento y a la expresión.

El Holocausto como hecho único en la historia no se recuerda por egocentrismo, ni paranoia, es y será el ejemplo claro del intento de los nazis de acabar con todos los judíos a través del asesinato masivo y sistemático. El profesor Yehuda Bauer, de Yad Vashem, dijo: "En el Holocausto del pueblo judío ocurrió algo sin precedentes, aterrador. Por primera vez en la sangrienta Historia de la Humanidad, en un estado moderno, en el centro de un continente civilizado, se puso en marcha una decisión cuyo objetivo era localizar, registrar, marcar, aislar de su entorno, desposeer, humillar, concentrar, transportar y asesinar a cada uno de los miembros de un grupo étnico.

Sumar silencios es lo que pone en peligro el futuro, seamos todos en el mundo cautelosos para que jamás ningún pueblo o individuo sufra una experiencia similar. La masacre se presenta cuando el asesino y víctima se convierte cada uno en objeto y pierde su humanidad.

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