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Israel ¿una democracia?1

Centro Deportivo Israelita, A.C.

Susie Navot es uruguaya de nacimiento y actualmente es ciudadana israelí. Es profesora de Derecho Constitucional y se preocupa por la corrupción, los derechos de la mujer en Israel, de los homosexuales y de la minoría árabe en Israel. Por tales razones WIZO Israel la entrevistó para saber su opinión y lucha por conseguir un código legal más justo para toda la población israelí. 

Para ella, la lucha contra la corrupción en Israel es positiva porque se pueden extraer las cosas que están escondidas, que son ilegales en las elites gobernantes, y que no deberían existir en un Estado de derecho democrático. Como en todos los países, en este Estado, no es fácil llevar a cabo investigaciones contra rabinos, contra oficiales de la policía, oficiales del ejército, ministros o gente de gran influencia. El que se hayan tomado decisiones punitivas contra el exprimer ministro Ehud Olmert, contra el expresidente Moshé Katzav, quiere decir, que el derecho funciona para investigar y enjuiciar a personas sobre las que hay dudas si su conducta fue legal, de plena integridad pública o ilegal. No quiere decir que Israel sea un país más corrupto, sino que las cosas no se guardan a puertas cerradas y quedan impunes, sino por el contrario, se abren, se investigan y salen a la luz para dar la cara al futuro limpiando bien la casa, y así dar confianza a la ciudadanía.

Según ella, a pesar de que la situación de la mujer está mejorando en Israel, todavía falta mucho por hacer. En la cúspide política hay pocas mujeres. En la cima académica, hay menos del 15 por ciento, lo cual no tiene ninguna razón de ser. Casi no hay directoras generales de grandes empresas. En congresos y conferencias internacionales sobre temas mundiales de alta envergadura la presencia de las representantes israelíes es ínfima, por lo que hay que trabajar mucho y permanentemente, por la posición de la mujer en la sociedad israelí. Pese a que la ley israelí plantea la igualdad de derechos para la mujer o para la gente con necesidades especiales; esto, solo se queda en una aspiración. En la práctica no se aplica, ni opera tal igualdad. Por tanto, habría que dar incentivos para que la ley se cumpla y estos sectores puedan ingresar a puestos directivos políticos y económicos. 

De acuerdo con esta jurista, la legislación israelí en algunos aspectos está más avanzada en lo relativo a los derechos de los homosexuales y lesbianas que en los derechos de la mujer y la gente con necesidades especiales. No hay que olvidar que Israel no es un Estado secular, y que aún rige la ley religiosa sobre la sociedad civil. A pesar de que hay leyes contra la discriminación por razón de sexo o de preferencias sexuales, no es fácil llegar a una igualdad jurídica completa para mujeres, gente discapacitada, homosexuales y lesbianas en Israel. De tal manera, se permite a los homosexuales adoptar niños, pero no se les permite la unión matrimonial entre ellos. Asimismo, con respecto a matrimonios y divorcios entre distintos sexos, la ley vigente es la religiosa, lo que afecta también al estatus de la mujer en caso de divorcio, que generalmente puede quedar desprotegida. Sin embargo, en la realidad, la comunidad homo-lesbiana es parte del público israelí, es reconocida, no es perseguida y no se esconde como sucedía hace muchos años.

Para Navot, la minoría árabe es un tema de orden social y político, más que un problema jurídico. Después de las distintas Intifadas, esta minoría, pese a que jurídicamente es reconocida como ciudadanos iguales, se desconfía de ella por el apoyo que ha manifestado hacia los palestinos de los territorios ocupados. De hecho, esta minoría ya se denomina a sí misma palestinos-israelíes, lo que es muy significativo, con respecto al conflicto palestino. Pese a que la minoría árabe, jurídicamente es igual que cualquier ciudadano israelí, en la práctica, también tiene que apelar ante la Corte, para que sus derechos le sean respetados; no puede fácilmente comprar tierras, ni compartir todos los derechos en forma igual a los ciudadanos judíos, por lo que también hay mucho que resolver en este aspecto.

No obstante, Israel es un país impresionante, al igual que su gente y sus logros en diferentes ámbitos son maravillosos. Según esta jurista, eso hay que tenerlo en cuenta, como también percatarse que tiene sus problemas que hay que corregir, especialmente problemas internos y sociales. Por ello, es momento de reconsiderar los problemas sociales, tales como la pobreza, la mejora de los sistemas de bienestar social, de pensiones y de salud, para que todos los niños y ancianos tengan un futuro mejor, tal como es digno de un país como Israel, que este año cumplió sus 66 años. 

1Entrevista de WIZO Israel a Susie Navot, Dra. En Derecho Constitucional en Israel. Artículo editado por Diana Kuba del Comité de Difusión de WIZO México.