
En estos artículos muchas veces hemos hablado de los beneficios de Arte,
y particularmente de la danza en los niños y niñas, cómo los ayuda en su desarrollo psicosocial e incluso en el ámbito académico. Pero, una vez siendo adultos, ¿sirve de algo seguir bailando, además de relajarnos y divertirnos? Los primeros puntos de los que podemos hablar, de forma clara, como parte de los beneficios de bailar son: – Es una actividad cardiovascular perfecta para mantenerte en forma. – El corazón y el sistema musculoesquelético son los grandes beneficiados del movimiento corporal que implica el bailar. – A cualquier edad es posible encontrar el baile adecuado para ti. La evolución del ser humano va acompañada del baile. Hay bailes más movidos y los hay más tranquilos, pero al fi n y al cabo, todos implican un movimiento corporal que es la premisa para tener un buen estado de salud. Tanto músculos como articulaciones intervienen en las distintas coreografías que forman cada tipo de danza, y, si hay un órgano que sale muy beneficiado, este es el corazón, junto con los vasos sanguíneos, en definitiva, el sistema cardiovascular. Cuando una persona baila está sometiendo a su cuerpo a un estímulo que hace al corazón trabajar y bombear la sangre, pues el resto del organismo requiere para moverse; ese estímulo activa al corazón que, al ser un músculo, necesita moverse para no atrofiarse. Según el tipo de baile, el estímulo será mayor o menor y el músculo cardíaco deberá trabajar en mayor o menor medida. Hay que buscar para cada uno la modalidad que se adapte mejor a las condiciones individuales ya que el baile está recomendado a cualquier edad y para ambos sexos. Para las edades más tempranas el ballet o modalidades más movidas son ideales para empezar a trabajar la coordinación. En estos casos, se suele empezar como un juego para acabar siguiendo una coreografía. Se busca desarrollar las cualidades motrices y también, por qué no, que se siga cierta disciplina. A medida que el cuerpo se va desarrollando, el abanico se amplía muchísimo. Los jóvenes suelen decantarse por bailes con mucho ritmo y con un elevado nivel de desgaste energético y exigencia cardiovascular. Es el momento para disfrutarlo ya que el organismo está en pleno rendimiento y, además, cuanto más lo cuidemos ahora mejor estará en el futuro. Los músculos se trabajarán para ser un refuerzo perfecto para el esqueleto, además de mejorar en cuanto a flexibilidad. Los huesos, por su parte, estarán ganando en fortaleza. En el caso de los adultos, las recomendaciones se centrarían en bailes que se adapten específicamente a cada uno de nosotros. En algunos casos serán preferibles aquellos que no sean excesivamente exigentes para el corazón y la musculatura. De todos modos, si a edades más tempranas se ha bailado, el adulto puede seguir haciéndolo, adaptándose a las características del momento. Por ejemplo, evitar excesivos saltos o movimientos bruscos es una manera de adaptarse al baile, pero hay que seguir disfrutándolo. Sentirse joven es parte de la felicidad del ser humano y si el baile lo permite, mejor que mejor. En el CDI tenemos para ti tres clases con diferentes tiempos de baile que te funcionarán para tener todos los increíbles beneficios de esta disciplina, además de disfrutar de un ámbito social sano: Ritmos Latinos: martes y jueves de 11:00 a 12:00 horas, en el CDI, salón Auxiliar
1. Rikudim: lunes de 13:30 a 14:30 horas, en Punto CDI Monte Sinai, y los miércoles de 12:00 a 13:00 horas en CDI. Zumba: sábados de 11:00 a 12:00 horas, en el CDI, salón Auxiliar
1. No importa si tu objetivo es mantener un buen estado de salud, mejorar tu condición física, trabajar en tu coordinación, divertirte o simplemente tener la tranquilidad de venir a un lugar seguro, estas clases son para ti. Una última recomendación: ten en cuenta que no por acabar agotado estás sacando el máximo partido al baile. Evidentemente te cansarás, pero paso a paso, tu cuerpo obtendrá más beneficios si progresas con cabeza y de manera ordenada que, si lo haces a rachas, en ese caso, lo único que estarás consiguiendo será poner al límite a tu cuerpo en cada ocasión.
*Basado en el artículo ¿Por qué bailar?, de la Dra. Eva Ferrer Vidar-Barraquer.
//NURIT MENDELSBERG*






