Nuevo año, nuevo semestre, nuevos madrijim, pero sin duda, la misma magia. Digo magia, aunque al parecer,
esta no existe, porque al igual que la magia, otro lugar como lo es Macabi no existe.
El pasado 14 de enero, Macabi se reunió nuevamente después de las vacaciones. En esta ocasión, los janijim tomaron el papel de detectives para descubrir a sus madrijim, quienes más adelante, se unieron en la búsqueda de los roshim de cada una de las shjavot.
A partir de ese momento, ponemos en marcha el aprendizaje, la diversión, la educación y la mística que todo esto conlleva. Mientras los janijim se divierten y aprenden, los madrijim transmiten valores y educan. Sin embargo, parecemos olvidar bastante seguido, que estos roles aplican también, de una manera invertida, pues los janijim son los que nos impulsan a seguir nuestro camino, crear y ser mejores, los madrijim se divierten y aprenden, y los roshim transmiten valores que ayudan a mantener prendida esa chispa macabea.
Por delante, tenemos un semestre increíble lleno de sorpresas y diversión, pero también con una meta clara. Los madrijim y roshim trabajan cada semana para asegurarse que el objetivo de Macabi se cumpla, que los janijim aprendan, se diviertan y que cada kvutzá crezca, viendo al final de cada sábado todo su esfuerzo reflejado en la sonrisa de sus janijim y en la energía contagiosa casi electrizante que se siente.
Semana a semana nos encontramos con la necesidad de movimiento, ya que este nos permite crecer y superarnos, definiendo así, el papel que tenemos en la vida de nuestros niños.
Macabi es el lugar donde las ideas se ponen en práctica, donde el trabajo da frutos, y donde las experiencias y el aprendizaje son lo más valioso. Es el lugar donde luchamos por nuestros ideales, donde buscamos constante mejora y donde se crean líderes. Es el lugar donde cada persona se define como tal, donde se explota su potencial y donde la felicidad nunca falta. Es el lugar donde el elemento más importante en la vida de cada Macabeo es la pasión con la que se hacen las cosas, porque, sin duda, esto es lo que desencadena la magia.