Es una sensación increíble sumergirse en las aguas tibias y cristalinas de la
Laguna de la Media Luna. Con sus más de 30 metros de profundidad ofrece vistas increíbles. Cuando te sumerges, la paz y armonía te invaden llevándote a un estado de relajamiento, bienestar, alegría y optimismo.
En esta ocasión, los objetivos del viaje fueron, por un lado, cumplir con el requisito de una inmersión en aguas abiertas para que los nuevos integrantes del grupo obtuvieran su certificación de Buceadores con Causa CDI, y por el otro, realizar una acción de recolecta, pesaje, clasificación y reporte de basura acumulada en la Laguna. Esta actividad está ligada a un programa mundial llamado Project Aware, donde lo más importante después de la colecta, es la clasificación minuciosa del tipo de basura, para que siguiendo un protocolo internacional, se reporten los resultados a una base de datos mundial, que en mediano plazo aporten información suficiente y confiable para influir y legislar en los hábitos de producción y consumo hasta ahora irresponsables.
Este tipo de acciones, así como la restauración de arrecifes coralinos, monitoreo de peces, control biológico de áreas vulnerables; además de la educación y difusión de la importancia del cuidado y la conservación del medio ambiente en general, y del acuático en particular, son la razón de ser de nuestro grupo.
En solo dos días disfrutamos de tres inmersiones, una de ellas espectacular, llamada Dos luces. Esta experiencia se inició a las 5:15 horas, abordamos la camioneta que nos llevó a la Laguna, en 20 minutos nos equipamos a sus orillas y nos visitó el sereno; sin embargo, esta leve llovizna en la obscuridad solo amplifica nuestra emoción y anticipación de ya estar en el agua.
Se encendieron las lámparas subacuáticas y los conos de luz que proyectaron en las aguas clarísimas son de gran belleza, y poco comunes. Nos sumergimos recorriendo el fondo de la Laguna, a la espera de lo que le da el nombre a este tipo de inmersión: el amanecer.
Es difícil poner en palabras el espectáculo de ver a quince metros de profundidad, la claridad de la luz natural que penetren en la masa de agua cargándola, y cargándonos de energía.
Los que hemos vivido la experiencia del buceo y la cercana comunión con la naturaleza, no debemos, más bien, no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras estos paraísos casi sagrados son degradados y ultrajados por comportamientos que provienen de la inconciencia o la ignorancia.
Felicitaciones a los nuevos integrantes del grupo: Michelle Dalma, Isaac Haber, Eduardo Lew, Jack Mussan, Esther Nehmad y Samuel Sheimberg, quienes con su disposición, disciplina y entrega hicieron de esta expedición todo un éxito.
Felicidades también a Alex Goldberg y Daniela Goldner del Comité Juventud por su dedicación y profesionalismo en este proyecto.
Comenzó Buceo con Causa en el CDI
¿Cuáles son los beneficios físicos y mentales del buceo para la salud?
