
El pensamiento lógico-matemático es una de las habilidades
más relevantes en la educación, pues ha venido adquiriendo interés en relación con el crecimiento exponencial de la tecnología.
Desde Pitágoras hasta Stephen Hawking las matemáticas siempre han existido para ayudarnos a comprender el universo y nuestra vida diaria. Para los expertos en pedagogía, el pensamiento lógico-matemático se define como ese proceso cognitivo que comprende la representación, abstracción, creatividad y demostración matemática.
Hoy más que nuca, el desarrollo de este pensamiento en los niños cobra mayor importancia por su relación con el mundo actual, donde la tecnología está cada vez más presente en nuestras vidas.
Las matemáticas no son tan complejas como lo podrían ser otras disciplinas, ya que el problema no radica en el contenido, si no en la forma que trasmitimos los conocimientos.
Estas habilidades para desarrollar son:
– Mejorar el pensamiento crítico relacionado con una comprensión profunda del mundo actual.
– Integrar la tecnología en el mundo académico de niños y jóvenes para habituarlos en un entorno donde la tecnología es parte de la vida diaria.
– Desarrolla habilidades prácticas como la resolución de problemas y el razonamiento complejo.
– Renovar los aprendizajes basados en proyectos, donde el razonamiento lógico-matemático adquiere un sentido práctico y relevante.
Pero ¿para qué sirve el pensamiento lógico-matemático? Para comprender la relación que tiene como ser individual con el resto del mundo, con su entorno, el tiempo, el espacio, las cantidades. Para el desarrollo de su razonamiento y del pensamiento analítico y crítico, la resolución de conflictos, así también para afrontar dificultades y problemas.
En conclusión, podemos decir que, para que los niños adquieran los conocimientos relacionados con el razonamiento lógico-matemático es importante trabajar a través del juego y de metodologías más activas, ya que así les resultará más lúdico y atractivo.
//Martha Medina
