En Israel, el dreidel se conoce como sevivón (en plural sevivonim),
de la palabra hebrea sov, que significa girar. Cuando los judíos de Europa Central comenzaron a regresar a la Tierra de Israel después de 1880, llevaron con ellos dreidels. Nadie sabe con certeza quién acuñó la palabra sevivón. El escritor judío sionista David Isaías Silberbusch (1851-1936) asumió el crédito por haber inventado la palabra, pero algunas personas sostienen que fue Itamar Ben Avi, el primer nativo que habló hebreo moderno (su padre fue Eliezer Ben Iehudá, quien escribió un diccionario hebreo y educó a su hijo para que hablara solo en hebreo). Itamar nació en Israel en 1882 y dicen que le dio nombre al sevivón en 1887, cuando tenía cinco años.
La diferencia clave entre un sevivón y un dreidel es que sus letras son nun, guimel, hei y pei (no shin). Esto representa la frase Nes Gadol Haiá Pó, “un gran milagro ocurrió aquí” (no allí).
Hay sevivonim de toda clase de materiales, pero especialmente tradicionales son los de plata y madera. En Janucá, el gran sabio Moshe Sofer (1762-1839), también conocido como el Jatam Sofer, hacía hincapié en jugar con sus hijos con un sevivón de plata. Esto puede haber sido para cumplir con el mandamiento de hidur mitzvá, embellecer las mitzvot que cumplimos.
Rav Tzvi Elimelej Shapiro sugirió que es más adecuado usar un dreidel de madera por la visión del profeta Ezequiel sobre el fin del exilio, cuando los nombres de las doce tribus serán escritos juntos en una tabla de madera (Ezequiel 37:15-28). Esta sección de la Torá se lee en la sinagoga cerca de la festividad de Janucá.
Fuente: aishlatino