En el Foro Artístico del CDI, ahora se encuentra exhibida una exposición escultórica del maestro Carlos Agustín.
Monolito
El espacio no se dice,
está de por sí.
Los cuerpos se mueven a lo largo y a lo ancho,
en el arriba y el abajo del espacio.
Todo es posible sin la referencia del dónde y el cuándo.
El usted está aquí que pesa en un momento y en el siguiente;
en el tránsito de miradas
que son como el vuelo de las moscas;
en el camino que se posa sobre esto y lo otro, ahí, ahí y ahí;
en el de repente
que nos sitúa frente a un cuerpo
masivo de tensiones y extensiones.
Son puntos, líneas,
superficies que se vienen
encima en el paisaje sucesivo.
Si está y sigue estando,
es que está todavía.
Si está y luego no,
se siente como un hueco en la percepción.
Las capas tectónicas
se mueven igual que la mirada,
es un trayecto que es un estremecimiento:
se mira y se dice.
Nervios que son nervaduras
que son rayos que son el sol.
Monolito que,
como un aerolito caído,
es puesto como punto
en una astrología de incidencias.
Es lo que queda enfrente,
el cielo es lo que queda detrás.
Me ha mostrado las fotos que documentan el proceso, me ha contado cada uno de los detalles que lo han llevado a concluir esa escultura y tantas más. Su boca enuncia las palabras que describen ese primer contacto con el metal, esa tentación que siente por quitarse los guantes y recorrerlo con las manos. No come ansias, sabe del arduo proceso que supone llevar al mundo físico aquello que solo tiene peso en el mundo de la propia imaginación. Se trata de fijar las formas para contemplarlas, para ver el juego de sombras y reflejos que se abre —como flor— bajo la luz. Es la obsesión que tiene con el acabado de sus piezas, inmaculadas, casi transparentes en el juego de sombras que traza la luz en sus superficies. No hay en ellas la posibilidad de una pátina futura. Después de haber sido despojadas de los accidentes son cubiertas con pintura, cual automóviles de lo inmóvil que recorren un imaginario de pliegues y aristas que rompe el espacio que ocupan. Son vestidas con colores primarios, puros, que restallan como tizones. Son el lugar que ocupan, lo invaden, lo hacen suyo. Se convierten en tiempo.
Te invitamos nuevamente a recorrer el Foro Artístico, en donde podrás apreciar una obra de gran nivel, que permanecerá exhibida hasta el 19 de marzo.