Título: El Silencio
Categoría: Secundaria
Pseudónimo: Máscaras

Billie Eilish nació el 18 de diciembre del 2001 en Los Ángeles, California. Desde chiquita siempre estuvo rodeada de arte y música porque sus papás eran artistas. Su mamá, Maggie, escribía canciones y actuaba, y su papá, Patrick, tocaba instrumentos y trabajaba en películas. Su hermano Finneas también era súper musical, y entre los tres hacían canciones en su casa. Billie no fue a una escuela normal, sus papás la educaron en casa, así que tenía tiempo para hacer lo que más le gustaba: cantar y escribir. Cuando tenía ocho años entró a un coro y ahí empezó a aprender más sobre su voz. A los once escribió su primera canción inspirada en una serie que le gustaba, y desde ese momento supo que la música era lo suyo. Ella decía que no quería ser famosa, solo quería hacer canciones que la hicieran feliz. Pero todo cambió cuando su hermano le enseñó una canción que había escrito llamada “Ocean Eyes”. Billie la grabó y la subieron a internet sin pensar que pasaría nada, pero de repente millones de personas empezaron a escucharla. A todos les encantó su voz y su forma tan diferente de cantar. Así fue como una chica normal se volvió una estrella.

Después de eso, Billie y su hermano empezaron a hacer más música juntos desde su cuarto. Usaban una compu, un micrófono y mucha imaginación. En 2017 sacó su primer disco chiquito, “Don’t Smile at Me”, con canciones como “Bellyache” y “Idontwannabeyouanymore”. Sus letras eran tristes, reales y hablaban de cosas que muchos jóvenes sienten. A la gente le encantó porque no era como las otras cantantes, ella era diferente, y eso la hacía especial. Billie se vestía con ropa grande porque no quería que la gente hablara de su cuerpo, sino de su música. Decía que quería ser libre y sentirse cómoda. Su estilo se volvió súper famoso: cabello de colores, ropa ancha y mirada seria, pero por dentro era muy buena onda. En poco tiempo empezó a dar conciertos por todo el mundo y la gente la amaba porque se sentían entendidos por ella. Muchos jóvenes decían que sus canciones los ayudaban cuando estaban tristes o ansiosos. Billie hablaba abiertamente de esos temas, de la depresión, del miedo, de sentirse sola, y eso hizo que todos la sintieran muy cercana.

En 2019 sacó su primer gran álbum, “When We All Fall Asleep, Where Do We Go?”, y ahí todo explotó. La canción “Bad Guy” se volvió número uno en todos lados, y Billie ganó un montón de premios, incluso los Grammy, y se convirtió en la artista más joven en ganar los más importantes. Tenía apenas 18 años. Pero aunque parecía que todo era perfecto, Billie también pasaba por momentos difíciles. Dijo que a veces se sentía muy triste y presionada porque todos esperaban mucho de ella. La fama no era tan bonita como pensaba. Sin embargo, con ayuda de su familia y de Finneas, siguió adelante. Decía que lo más importante era cuidar su mente y no dejar que la gente decidiera por ella. A pesar de la fama, seguía componiendo desde su casa con su hermano y seguía siendo ella misma, sin dejar que el mundo la cambiara.

En 2021 sacó su segundo álbum, “Happier Than Ever”, donde se notaba que ya había crecido mucho. Sus canciones eran más maduras y hablaban de liberarse, de quererse a uno mismo y de dejar atrás lo que te hace daño. La canción “Happier Than Ever” se volvió súper famosa porque mucha gente se identificó con ella. Billie también cambió su look: dejó su cabello verde y se lo pintó de rubio, y explicó que era parte de una nueva etapa en su vida. Dijo que quería empezar de cero, sentirse libre y feliz. Además, empezó a preocuparse mucho por el planeta. Se volvió vegana, dejó de usar ropa hecha con pieles y empezó a hablar de cuidar la Tierra. También hizo un documental llamado “The World’s a Little Blurry” donde mostró su vida real: los conciertos, su familia, sus tristezas, sus logros y todo lo que pasaba detrás del escenario. Ahí se pudo ver que Billie, aunque era una estrella mundial, seguía siendo una chica normal con emociones, miedos y sueños.

Después de eso, Billie hizo algo impresionante: escribió la canción “No Time To Die” para la película de James Bond, y ganó un Oscar por eso. Fue una de las personas más jóvenes en ganarlo. Todo el mundo hablaba de ella. Aun así, Billie seguía siendo sencilla y decía que lo mejor de su trabajo era ver que su música ayudaba a otras personas. Decía que a veces la fama era difícil porque la gente la juzgaba sin conocerla, pero que había aprendido a no dejar que eso la afectara. En varias entrevistas contó que antes le daba miedo no gustarle a todos, pero que ahora ya no. Que lo importante era quererse como uno es. Billie también contó que tuvo etapas en las que no se sentía bien con su cuerpo, pero que aprendió a aceptarse y que quería que todos entendieran que nadie tiene que ser perfecto.

Hoy Billie Eilish sigue siendo una de las cantantes más importantes del mundo. Ha hecho giras enormes, ha llenado estadios y ha ganado muchísimos premios, pero lo más bonito es que nunca ha dejado de ser ella. Vive con su familia, sigue haciendo música con su hermano y pasa tiempo con sus perros. Aunque tiene fama mundial, todavía le gusta estar tranquila en casa, ver series, cocinar o escribir canciones. Siempre agradece a sus fans por acompañarla en todo. Ella dice que sin ellos no sería nada. Muchos la ven como un ejemplo de que no importa de dónde vengas ni cuántos años tengas, si haces lo que amas con pasión puedes lograr cosas increíbles. Billie enseña que ser diferente no es algo malo, que no hay que tener miedo de ser uno mismo, y que está bien sentir tristeza o tener días malos. Su historia es la de una chica que empezó cantando por diversión y terminó cambiando el mundo de la música, pero sin perder su corazón ni su forma de ser. Y aunque ya logró tanto, todos sabemos que lo mejor de Billie Eilish todavía está por venir, porque sigue creciendo, aprendiendo y creando música que llega directo al alma.