“El principal problema del mundo cibernético hoy en día es la cuestión de las identidades, saber quién se conecta y qué hace en las cuentas de la empresa.

Me siento lo suficientemente experimentado como para mirar hacia adelante y decir: hoy no hay realmente soluciones, sólo diferentes tipos de analgésicos”, advirtió Mickey Boodaei en una entrevista a Calcalist.

Boodaei es uno de los líderes de la industria de la ciberseguridad en Israel, y el CEO y fundador de Transmit Security. Fundó la empresa en 2014 para ofrecer soluciones para identificar a los usuarios sin contraseña y entrar en los sitios web de las empresas. Hasta la fecha, ha recaudado 543 millones de dólares con su cofundador Rakesh Loonkar, la mayor cantidad jamás recaudada en una Serie A por una empresa cibernética en Israel. Lo hicieron por un valor de 2.200 millones de dólares.

Hasta la ronda de financiación, la empresa estaba autofinanciada por los fundadores, un préstamo que fue devuelto poco después de su creación. Boodaei está convencido de que Transmit será la próxima gran cosa en el campo de la seguridad de la identidad en línea, y según bastantes indicios, está en camino.

Transmit emplea a 400 personas (de las cuales 200 están en Israel, donde también se lleva a cabo el desarrollo). Su nombre todavía no rueda por la lengua como el de otros gigantes del mundo cibernético informal, pero Boodaei, que vendió Trusteer, fundada en 2006 y vendida a IBM en 2013 por 650 millones de dólares, y que también realizó varias salidas como resultado de inversiones en el campo, está convencido de que Transmit, su tercera startup, será sinónimo de protección de las identidades digitales en la web, al igual que Google es sinónimo de búsqueda.

El objetivo de Transmit es sustituir las contraseñas como medio de identificación para cuentas bancarias, correo electrónico, redes sociales y cuentas de trabajo de diversa índole por medios biométricos de identificación: identificación dactilar o facial directamente a través del dispositivo y no a través de una contraseña, que puede ser robada a distancia (una contraseña robada de un sitio web -y que puede permitir el hackeo de otras cuentas-) o ser olvidada. La identificación mediante contraseña, según Boodaei, es la mayor laguna para hacerse con las cuentas.

Fuente: Noticias de Israel

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