La manera que las sociedades confinadas a la cuarentena a lo largo del mundo,

especialmente en Europa, han encontrado para combatir el encierro y la soledad ha sido sin dudas la expresión artística. Clases de cocina, obras de teatro, talleres y todo tipo de entretenimiento invadió el mundo virtual, el medio que mantiene conectadas a las personas en estos días. Más protagonista que todas ellas es la música, tal como ha demostrado Bar Sarai Pinto, israelí de origen argentino, quien con su violín llevó color a los días grises del encierro en la ciudad de Rishon LeZion, al sur de Tel Aviv.

La idea fue de una vecina, que conocía de su talento musical y vio una oportunidad para sacar a la gente de su angustia. Según relata Bar, tras comenzar a tocar, la gente del vecindario salió a los balcones a bailar y disfrutar de su música. “Fue como una gran fiesta, a pesar de las distancias físicas. Es una linda forma de contribuir y repartir algo de la felicidad que me genera tocar el violín”.

Cuando decidió irse a vivir a Israel, Bar debió abandonar el Tango y la música clásica, sus géneros predilectos en Argentina, para incursionar en la música actual, como el pop y la electrónica. “Descubrí que la música puede ser algo mucho más completo e interactivo que el formato tradicional de escenario-músicos-público. Es enriquecedor romper la estructura para que la gente pueda bailar y participar de la energía que surge de la música”, explica.

Con los frutos del aprendizaje de su profesión, Bar sacó su violín al patio de su casa para hacer parte a sus vecinos de su música, y compartir esa alegría que siente al producirla. “Tocar para los vecinos del barrio no solo fue una cuestión de placer personal, sino que abría un espacio para compartir y crear todos juntos: yo desde la música y cada vecino en sus casas desde la escucha y el baile. Eso genera una energía única que te ayuda en los momentos más difíciles, como este que estamos todos atravesando”, comenta.

Bar, al igual que toda la sociedad israelí, está atravesando la crisis del coronavirus con angustia y preocupación. Sin embargo, eligió la alegría de su música para enfrentar estos duros momentos. “Recordé la frase ‘Toda crisis es una oportunidad’, y traté de concentrarme en esa oportunidad que la vida me estaba dando: me enfoqué en aprovechar al máximo este tiempo de oro con mis hijos, pensar nuevas ideas y proyectos para mi trabajo y buscar formas para ayudar a otros a pasar mejor este encierro”, reflexiona. “Lo importante es mirar adelante y tener fe en que todo esto va a pasar”, concluye.

Fuente: agenciaajn.com

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