¿Hasta dónde ha viajado tu obra?

En México me invitaron a dos galerías, he estado participando por muchísimo tiempo con Aguafuerte, que está en la colonia

Roma; estuve haciéndolo también con Yuri López Kullins y a nivel nacional, no he tenido mucho chance, es un problema muy grave no tener obra; internacionalmente, estoy en un programa digital en Argentina. En España es el segundo año que participo en un evento que se llama Art al Vent que sucede en Gata de Gorgos, y es un festival de arte textil. La historia cuenta que antes, hace siglos, en esos lugares fabricaban telas y los colgaban en los balcones, entonces hace doce años lo retomaron, y ahora lo que hacen es que convocan internacionalmente, te inscribes, te mandan desde España la manta, que mide 2.60 por 2.65 metros, y tú la pintas como quieras. Luego le tomas una foto, la envías al concurso y de 200 mantas que envían, solo entran 120, entonces es interesante porque es a nivel mundial y afortunadamente es el segundo año consecutivo en que ahí estamos. Últimamente también he comenzado a presentar en Estados Unidos, estuve en Atlanta, en Houston y ahí voy, poquito a poquito, pero insisto, mi problema es no tener obra, y eso es una verdadera limitación para entrar a más eventos. Hay muchas invitaciones a las que tengo que decir gracias, no, porque no tengo qué exponer. Estos cuadros, por ejemplo, empecé a hacerlos desde mayo y desde entonces no he podido participar en nada, porque tenía que guardar la obra para esta exposición. Por eso no he crecido más, porque me falta obra.

¿Cómo describes tu estilo artístico?

Lleno de movimiento, de colores, caos y orden.

¿Y cómo surgió lo de los lentes, cómo descubriste el efecto que producen?

Eso es una situación fortuita, cosas que la vida te da y te sorprende; estaba en Houston, hace como tres años, armando todo para la primera exposición individual, entonces tenía entre 28 y 30 cuadros ya hechos, colgados en las paredes, en una casa que tiene un techo como de seis metros, unas paredes inmensamente llenas; a uno de mis hijos le compré una playera, que venía con sus lentes para ver la imagen del estampado, entonces me los pongo y volteo y veo mis pinturas y dije “¡wow, qué loco!”. Obviamente la primera vez que lo ves, es un viaje espectacular, y me puse a ver todo con los lentes, para ver si no eran solo mis cuadros, y sí, todo se veía padre, pero lo mío me parecía espectacular. Entonces pensé “yo tengo que regalarle este viaje a todo mundo”, y ha estado padrísimo porque después de que lo ven 5 o 10 minutos así, nunca volverán a verlo igual en la vida.

¿Y qué dice o cómo reacciona la gente cuando descubre este viaje, tú cómo lo llamas?

Me encanta que genere sonrisas: todo el mundo, hasta el más serio o el más tímido que lo ve, por más que traten de disimular, no lo logran. Y el efecto solo lo dan los colores; ayuda mucho que yo todo lo delineo, todo lleva el contorno negro y los colores son súper sólidos, porque cuando son más suaves, no provoca la misma sensación.

En esta etapa de la vida ¿Crees que estás haciendo realmente lo que quieres?

A mis casi 38 años, creo que sí estoy en la mejor etapa de mi vida. Estoy fascinada con lo que estoy viviendo, me he vuelto muy arriesgada, hago cambios muy locos; mucha gente me felicita porque dicen “se nota que estás haciendo lo que se te da la gana”, o “felicidades, porque ha de ser muy difícil hacer una obra tan auténtica”, y yo les respondo que para nada, sí es muy fácil si haces lo que te gusta.

Escuchándote, nos queda claro que amas lo que haces.

Te das cuenta de que vas por el camino correcto. Esa sensación de cuando los dejas de ver y vuelves a mirarlos, en diferente contexto, de verdad que me sorprendo y me encantan. Volteo a verlos y me parecen fascinantes, y con la luz que tiene el lugar, se ven padrísimos.

¿Y cuándo paras, o nunca dejas de crear?

Soy una adicta a mi trabajo, les prometí a mis hijos no tocar un pincel en dos semanas y no puedo, cierro los ojos y se me ocurre algo. Entonces cuando ya tienes la idea, tienes la necesidad de ponerlo, empezarlo a hacer. Soy súper feliz, estoy súper satisfecha con el trabajo que estoy presentando, obviamente siempre le encuentro un detalle o un defecto, entonces la obsesión es brutal. Definitivamente el que le pone un terminado a una obra, es la fecha de entrega, porque si por mi fuera, nunca habría terminado ninguna.

¿Cuánto tiempo te lleva llegar al final o a la entrega de tu obra?

Con cada obra me tardo alrededor de 9 o 10 días. Además yo los monto, no compro bastidor, la mayoría de las veces hago los marcos, en otras me ayuda un amigo. Pinto sobre la tela, la estiro en mi pared, todas las de mi casa están “picoteadas”, pinto en plano y luego los monto.

¿Qué planes tienes para el futuro?

Para el año próximo tengo ganas de pedir prestada a todos mis coleccionistas la obra, para montar una muestra itinerante, pero espero conseguir apoyo del gobierno. Lo que pretendemos hacer es de todo 2015, porque hay obra bien padre que nadie vio, porque se vendieron en el momento.

Exposición Khromos

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