Es para mí un gusto y un privilegio poder entrevistar a Tere Ambe, la primer mujer

judeomexicana en lograr terminar el Ultraman, esta prueba dura tres días, el primer día se realiza la prueba de nado, que son 10 y 140 kilómetros de ciclismo; el segundo día 280 kilómetros de ciclismo, y el tercer día 84 kilómetros de carrera o sea dos maratones en un día. Tere le dedicó esta hazaña al Creador.

Platícame de ti, de tu familia y a qué te dedicas

Me llamo Tere Ambe Kibrit, tengo tres hijos. Abraham de 29 años, Elías de 26, casado con mi hermosa nuera Elvira Smeke y Daniel de 21 años. Soy la segunda hija de cuatro hermanos: Alegra, Moy y Jessica. Mis papás son Elías y Renee. Soy atleta de alto rendimiento, personal trainer, coach de Ironman, coach de corredores, triatletas, Nutrióloga, instructora de spinning, TR-X, indoor rowing, bosu y todo lo que tiene que ver con el fitness. 

Desde muy pequeña, me gustaba mucho el deporte, por lo que siempre lo practiqué. Todo me gustaba y tenía mucha facilidad. Fui tenista desde muy chiquita, entrenaba en el Dépor y estuve en el equipo de Tenis. Fui campeona a nivel nacional, gané Macabiadas y gané varios torneos internacionales. Para mí, el CDI, fue y será un lugar muy especial. Ahí viví momentos inolvidables. Es un lugar donde se está alegre, donde se siente mucha hermandad, es como llegar a casa. 

Decidí estudiar Nutrición, personal traininig y ser coach. Después de un tiempo, empecé a involucrarme en todos los temas de fitness, y empezó la moda del spinning. Así que decidí certificarme y me volví máster trainer de spinning. Siempre he sido muy apasionada en todo lo que hago, por lo que mis clases siempre se llenaban, y a la gente les encantaban las diferentes clases que daba. Muchos años di clases de Spinning en el Dépor, me encantaba el ambiente que se sentía, y a todos mis alumnos les fascinaba estar ahí. Fueron momentos muy padres.

¿Cómo fue tu primer Ironman?

Seguí buscando nuevos retos, y decidí hacer Ironman. Era como una locura esas distancias, sin embargo, lo logré. Y a la fecha ya llevo quince. Logré quedar en tercer lugar del Ironman de Cozumel en México 2009, y califiqué para el Mundial de Ironman en Hawaii. Fue una de las experiencias más increíbles de mi vida.

¿Qué siguió después del Ironman?

Seguí entrenando, y logré hacer varios maratones, después encontré otro reto más; un ultramaratón de 90 kilómetros en Carolina del Norte. Llegué a la meta en doce horas y me encantó, después hice una carrera de tres días que es la carrera más grande de Latinoamérica y se llama el Cruce de los Andes. Es una carrera que corres desde Chile a Argentina o viceversa, por toda la cordillera de los Andes y son 140 kilómetros en tres días. Es una carrera fuera de serie. He corrido el cruce tres veces y ha sido espectacular.

¿Qué prueba decidiste hacer este año?

Este año, tuve la fortuna de hacer uno de los retos más duros que existen el Ultraman, que es una carrera de tres días, en donde tienes doce horas por día para acabar la prueba. El primer día se nadan 10 kilómetros y se pedalean 140 kilómetros. El segundo día son 280 kilómetros de ciclismo y el tercer día se corren 84 kilómetros o sea dos maratones. Es una carrera que suma en total 515 kilómetros y tienes que llevar un equipo de gente que te acompañe por tres días en todas las etapas, que te sigan en la bici y en la carrera, que te den tus alimentos y bebidas, de acuerdo a la estrategia que llevas planeada. Me parecía una locura, algo casi imposible de lograr, pensaba en las distancias y no las podía entender.

Me decidí a hacerlo, ya que era la primera edición en México, en Zacatecas, y porque quise intentar un nuevo desafío. Sabía que el entrenamiento iba a ser complicado, ya que no disponía de muchas horas entre semana. Pero aún así, dije que lo intentaría. Me hice mi programa de entrenamiento, y sabía que iba tener que enfocarme completamente en la prueba para lograrla.

¿Cuál fue la palabra clave que utilizaste para hacer este logro?

En mi mente puse la palabra ‘paciencia’, ya que es un evento donde la paciencia juega un papel importantísimo. Esa mágica palabra, me ayudó a superar cada etapa del Ultraman. Cada vez que veía la palabra en mi mente, mi cuerpo se relajaba y nunca sentía agotamiento. Decidí que los viernes, sábados y domingos, iban a ser días de muchas horas de entrenamiento. Ya que tenía que entrenar simulando los tres días de competencia.

Estaba decidida en lograrlo, por lo que nunca desvié mi enfoque. Entrenaba con el tiempo que tenía y con lo que podía. A veces no podía salir a la ruta de bici, por lo que me quedaba en mi casa entrenando en mi rodillo por ocho horas. Hubo un mes, que corrí cuatro maratones, a veces corría por horas en la corredora y nadaba hasta nueve kilómetros en la alberca de 25 metros. Había días que despertaba a las 4:00 horas para entrenar. Practicaba mi nutrición y mi hidratación en las sesiones largas de entrenamiento. No existía nada que me sacara de mi objetivo.

Platícanos de la prueba

Llegué a Zacatecas, y afortunadamente el organizador, me consiguió a dos maravillosas personas que me acompañaron los tres días del evento, ya que mi familia no pudo acompañarme. Me sorprendió, una de mis mejores amigas, Mónica Kozlovsky y su hija Daniela, ya que llegaron al evento, para acompañarme los tres días. Llevaba toda mi estrategia de alimentación y de los pulsos a los que me tenía que ir los tres días. Fueron tres espectaculares días, un evento diferente a todos los que he hecho, ya que todos los competidores éramos como una gran familia. Éramos veinte competidores solamente, 18 hombres y dos mujeres una de Brasil y yo de México.

Las condiciones eran extremas, ya que en la natación, el lago en donde nadé, estaba a una temperatura de trece grados, estaba congelado. Y la ruta de las etapas de ciclismo, era de muchas subidas y viento. Mi mente siempre se mantuvo enfocada en estar en el presente, nunca pensaba en las siguientes etapas, o lo que me faltaba para llegar a la meta. Me conecté con la naturaleza y con el Creador. Él estaba a mi lado en todo momento. Disfruté del paisaje, de las porras, de la gente que estaba acompañándome cada instante, y de cada competidor. Me sentía feliz, llena de vida y de energía.

En mi rostro siempre había una sonrisa, y en mi alma un profundo agradecimiento con el Creador. Me sentía libre y con mucha paz. Cada etapa, la terminé en perfectas condiciones. Nunca pasó por mi mente abandonar la carrera, supe siempre, que iba a lograr mi sueño. Me impresioné con la amabilidad de los zacatecanos, todos dispuestos en dar, en ayudar, en acompañar. La gente sabía que yo era la única mujer mexicana en hacer esa prueba, por lo que el apoyo y las porras hacia mí, fueron innumerables.

¿Qué sentiste en el momento que llegabas a la meta?

El último día, en el kilómetro 83 de la carrera, faltando un kilómetro para llegar a la meta, un sinfín de gente venían corriendo atrás de mí con la bandera de México, y gritando: “¡Vamos, Tere!” Se me enchina la piel con solo escribirlo. Era como la “Forrest Gump” de Zacatecas. Mi equipo, me gritaba, me echaban porras, y en menos de lo que imaginé, llegué a la meta. Brincaba y a la vez lloraba y sonreía. No podía creer que lo había logrado, que mi sueño se hacía realidad. Pensé en mis hijos, en mis padres, en mis amigos y le grité al Todopoderoso: “Gracias por acompañarme, esta competencia fue para Ti”. Me llené de abrazos de mi equipo, y le agradecí a cada una de las personas que estuvo a mi lado.

No existirán palabras suficientes para dar gracias a esas personas, fueron mis angelitos esos tres días. Le estaré eternamente agradecida. Habían muchas mujeres que me decían: “gracias Tere, por inspirarme, por demostrar que las mujeres son capaces de lograr todo”. Recibí un sinfín de felicitaciones de los demás atletas. Me decían que era una gran atleta, y un ser humano extraordinario, ya que para ellos, yo nunca dejé de sonreír.

Ha sido uno de los momentos más maravillosos que he tenido. Terminé en doceavo lugar con un tiempo de 30 horas 33 minutos. Fui la primera mujer mexicana en intentarlo y en lograrlo. Dejé mi nombre en la historia del Ultraman, lo cual me hace sentir muy orgullosa.

Estoy disfrutando mucho mi logro, sin embargo, quiero compartirlo con los demás, quiero que mi experiencia, pueda enseñar que en la vida, los sueños son posibles. Quiero poder dar pláticas motivacionales, quiero seguir inspirando.

¿Qué consejo les darías a las personas que quieran hacer lo mismo que tú?

Quisiera decirles a todos los que les gusta el ejercicio, o los que quisieran competir, busquen un entrenador profesional, con un título, con certificaciones para que los entrene. No dejen su salud en manos de cualquiera. No jueguen con su cuerpo. El ejercicio bien estructurado, bien planeado, trae excelentes beneficios. De lo contrario, puede traer, graves consecuencias.

¿A quién agradeces?

Agradezco el apoyo de mis hijos, y de mi gran amigo campeón de Ultraman, Iñaki de la Parra, él fue uno de los culpables que me inspiró a lograr este sueño. ¡Gracias a la vida, gracias al Todopoderoso!

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