100 Aniversario del nacimiento del poeta

 

Octavio Paz nacía en México hoy hace 100 años, en plena Revolución Mexicana. Su madre era española y su familia paterna, sin embargo, liberal e indigenista. Su educación se inició en Estados Unidos, para graduarse posteriormente en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Siempre muy ligado a la política, fue invitado al Segundo Congreso Internacional de Escritores Antifascistas, que tuvo lugar en Barcelona, Valencia y Madrid, del 4 al 17 de julio de 1937, en plena Guerra Civil Española. Octavio Paz quiso después alistarse en el ejército republicano como comisario político, pero lo rechazaron porque no tenía el aval de ningún partido político. El poeta -cuyo estilo era difícil de clasificar- era un autor moderno que apostó por la experimentación y el inconformismo, de cualquier tendencia o pensamiento.

En 1990, le llegaba a Octavio Paz el máximo reconocimiento con el que puede ser condecorado un escritor: el Premio Nobel de Literatura. El poeta mexicano declaraba entonces que su mayor premio era el de “poder tener lectores”, y añadía que lo más importante era la obra y que el Nobel no era un pasaporte a la inmortalidad. En 1998, el gobierno de España otorgaba a Octavio Paz la Gran Cruz de Isabel la Católica, la más alta distinción que concede el Estado español. Antes, en 1981, Octavio Paz había obtenido el premio Cervantes, que entonces estaba dotado con 10 millones de pesetas. El escritor siempre fue un gran defensor de la Literatura en español: “La Literatura hispánica, que es una y es muchas, no coincide con las naciones, sino con una realidad más amplia”.

Octavio Paz moría el 19 de abril de 1998 en la Ciudad de México. La Casa de Alvarado, lugar del fallecimiento, fue durante algún tiempo sede de la Fundación Octavio Paz. Ahora lo es de la Fonoteca Nacional.

La vida entre dos fuegos y el fin de una dinastía literaria

Helena, hija de Octavio Paz y Elena Garro, vivió atrapada entre los fuegos de sus padres hasta el final: nació un 12 de diciembre de 1939, un día después del cumpleaños de su madre, la escritora Elena Garro, y falleció este domingo 30 de marzo, exactamente un día antes del centenario de su padre, el poeta y premio Nobel Octavio Paz. Con su muerte, a los 74 años, el círculo se cerró y la familia de oro de la literatura mexicana ha llegado a su fin.

En México publicó dos libros: Memorias y La rueda de la fortuna, prologado por el escritor alemán Ernst Jünger.

La escritora dejó un segundo tomo de memorias inconcluso, donde abordaría la parte más dura de su vida: cuando su madre y ella fueron acusadas por el gobierno mexicano de organizar el movimiento estudiantil de 1968, lo que las obligó a autoexiliarse en Nueva York, Madrid y París de 1972 a inicios de los noventa. Tras los fallecimientos de Paz y Garro, ambos ocurridos en 1998, Helena vivió en una casa en Cuernavaca, Morelos, que le fue entregada a través del fideicomiso que le dejó su padre. Sin embargo, debido a su precario estado de salud y falta de recursos, durante los últimos años decidió irse a vivir a un asilo y en su casa solo quedaron como habitantes sus 36 gatos. Su primo Jesús Garro se encargaba de ella. Junto con sus padres vivió entre los cuarenta y cincuenta en Estados Unidos, Francia, Japón -donde se hizo amiga del poeta suicida, Yukio Mishima-, y Suiza. La familia, en realidad, vivió poco en México debido a la carrera diplomática de Octavio Paz. Elena Garro confesó que gracias a su hija se pudo conocer su novela más emblemática, Los recuerdos del porvenir, pues Helena los rescató de una estufa cuando planeaba quemarlos. Más tarde, Octavio Paz intervino para que la Editorial Joaquín Mortiz la publicara en 1963. La obra es considerada la semilla del llamado Realismo mágico que más tarde popularizaría Gabriel García Márquez. 

Hoy se cierra un círculo y el mundo de las letras está en Paz… 

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