Jugar y bailar. ¿Quién dice que son tan diferentes? No podemos pensar en dos cosas que más describan lo que es
este grupo. Ikvot ha sido una experiencia inigualable para ser el primer grupo que montamos y con sus altas y bajas, podemos decir que no hay grupo más adorable que este. El esfuerzo y la diversión se ven unidos en este lugar, y no hay día que no salgamos con una sonrisa del ensayo. Ver a las niñas nos enriquece un millón de veces más de lo que nosotros esperamos darles a ellas, y no podríamos esperar poco del futuro de cada una de ellas. A pesar de abrir recientemente, el semestre pasado, podemos claramente ver en lo fuerte que se va a convertir en unos cuantos años.
El propósito es ser la base de los Grupos Representativos del CDI, que las niñas puedan empezar a bailar desde chicas y suban a los otros grupos; pero lo que aspiramos a hacer cada martes o jueves es que busquen regresar con interés de nuevas experiencias, más diversión y sobre todo, mucha danza. En el poco tiempo que llevamos, se han montado coreografías para el día del Socio y el Festival Aviv Carlos Halpert de Danza Judía, y hay muchos proyectos en un futuro en los cuales no podemos esperar para ponernos manos a la obra.
En este grupo las niñas no solo bailan, juegan y se forman como bailarinas, sino que se forman como personas. Se fomenta compañerismo, la capacidad de priorizar y hacer varias cosas a la vez, sentido de la musicalidad, y la habilidad de manejar audiencias, motricidad, coordinación y muchas otras habilidades importantes para todo niño.
Es impresionante como es que en este año, además de todo lo que llegamos a enseñarles a las niñas, ellas nos enseñaron mucho más. Aprendimos a ser niños de nuevo, divertirnos con lo más básico que tenemos como seres humanos: el juego, que unido con la danza logramos crear un ambiente de destreza, armonía, educación y goce para las bailarinas.