Como seres humanos, nos encontramos en constante interacción. Esta interacción sucede de muchas formas: desde como percibimos las cosas y las entendemos, hasta las relaciones más complejas que podamos imaginar.

En esa interacción, solemos tener distintas situaciones que pueden ser tanto positivas como negativas. Y en la mayoría de los casos, existirán conflictos en donde sea que nos encontremos, pero dependerá de cada uno de nosotros cómo nos enfrentemos a esas situaciones. Cuando aprendemos a solucionar problemas de manera asertiva, no solamente nos beneficiamos de manera personal, sino también damos herramientas a nuestros pequeños sobre cómo actuar ante determinadas situaciones.

Pero a todo esto ¿qué es la comunicación asertiva? Es el tipo de comunicación que nos permite hablar con otras personas de manera pacífica y clara, permitiendo que cada parte implicada sea capaz de plantear su punto de vista, sin entrar en conflicto y escuchando de manera clara y abierta a la otra parte. Pero ¿cómo llegamos a este tipo de comunicación? Cuando sucede un problema, generalmente nuestra primera reacción es el enojo. Sin embargo, la otra parte implicada puede reaccionar con esa misma emoción. Cuando esto sucede, lo mejor es conservar la calma; posteriormente, describir lo que sucedió, así como permitir a la otra parte hacer lo mismo. En esa expresión, es importante también mencionar los sentimientos y emociones que se encuentran implicados; finalmente, llegar a una situación de negociación nos permitirá tener a un acuerdo entre las partes implicadas, así como aceptar de manera positiva los aciertos y errores de cada parte implicada.

En el caso de nuestros pequeños, sucede una situación un tanto similar. Cuando existe un conflicto entre ellos, es importante analizar la situación, y posteriormente llegar a un acuerdo entre las partes implicadas. Esto con el fin de llegar a acuerdos y enseñar a nuestros pequeños que existen distintas formas de solucionar problemas, sin llegar a pelear con las otras personas o agredirlas.

Por su parte, es necesario mencionar que, pese a que son aspectos aparentemente muy sencillos, al momento de actuar en las situaciones que se nos presentan día con día puede resultarnos difícil; de ahí la importancia de trabajar en nuestra inteligencia emocional: sobre cómo identificar y regular nuestras emociones, hablarlas asertivamente, y permitir que nuestros pequeños también se expresen y tomen partido sobre las situaciones que se nos presentan. Así, no solamente fomentaremos la comunicación entre ellos y sus pares, sino también para con nosotros, proporcionándoles, así, herramientas para enfrentar situaciones similares en un futuro.

// Viridiana Hernández

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