Hace unos 2,000 años, en el siglo I d. e. c., Yosef ben Matityahu dejó Jerusalem
y llegó a Galilea como el comandante que guiaría a los judíos de la región en la rebelión contra Roma. Solo unos meses más tarde, sería capturado por los romanos y comenzaría el viaje que le llevaría a convertirse en Josefo Flavio, un ciudadano romano, así como en el autor de algunas de las obras más importantes de la historia judía de todos los tiempos.
Es a través del estudio de sus escritos que el Dr. Yinon Shivtiel, profesor titular del Colegio Académico Safed, comenzó la investigación que durante quince años le ha llevado a identificar los sitios de una importante página de la historia de la Gran Revuelta. La investigación de Shivtiel, publicada en la revista The Ancient Near East Today por las Escuelas Americanas de Investigación Oriental el mes pasado, identificó cientos y cientos de cuevas en Galilea utilizadas en la lucha contra el Imperio Romano, algunas de las cuales han permanecido intactas hasta el día de hoy.
“En sus libros, Josefo describió cómo, cuando era comandante en Galilea, fortificó 18 poblados. Trabajé para entender lo que quería decir con eso”. En su investigación, Shivtiel visitó varios sitios arqueológicos identificados por los arqueólogos como los descritos por Josefo, incluyendo Tiberíades, Arbel y Mero. Lo que notó fue que todos ellos estaban cerca de acantilados muy escarpados y numerosas cuevas naturales.
El investigador, que también es un representante del Centro de Investigación de Cuevas, comenzó a visitar las cuevas, algunas de las cuales eran accesibles solo por medio de la escalada y el descenso por cuerda. Lo que se presentó a sus ojos fue asombroso: una multitud de hallazgos, incluyendo monedas, jarras, lámparas y partes de flechas, que datan precisamente del siglo primero. Otros presentan prensas de aceitunas, cisternas e incluso baños rituales (mikvaot).
Los descubrimientos le permitieron darse cuenta de que esas eran en realidad las cuevas descritas por Josefo.
“Entendí que las cuevas representaban los medios defensivos descritos en sus libros. Mi investigación se desarrolló bajo la idea de que durante la rebelión contra los romanos, la comunidad judía preparó las cuevas como posibles refugios, como lo hacemos hoy en día en el Israel moderno. Escogieron los acantilados más escarpados y trajeron todo lo que necesitaban para sobrevivir. Cuando se enteraron de que los romanos estaban llegando, encontraron refugio allí”, dijo el erudito.
Shivtiel añadió que en otros poblados que no estaban cerca de ninguna colina o cueva, descubrió otra técnica defensiva: los residentes cavaron pequeñas cavidades bajo las casas y una red de estrechos túneles que podían usar para esconderse y escapar donde hubiera sido difícil para los soldados romanos seguirlos.
“Encontré más de 75 de estos complejos de escondite bajo los poblados judíos, todos ellos datan del primer o segundo siglo, la época de la revuelta de Bar-Kojba”, dijo.
En total, el erudito identificó más de 900 cuevas, y explicó que la investigación está en curso.
“Ahora me estoy centrando en la Galilea Occidental. Acabo de encontrar una cueva en un escarpado acantilado, y estoy tratando de identificar a qué población pertenecía”, dijo.
“Debo añadir que ya tengo 70 años, y todavía subo y me arrastro”, concluyó, riéndose. “Espero poder seguir haciéndolo durante muchos años más”.
Fuente: israelnoticias.com