Israel concluyó la jornada más sagrada del calendario hebreo, Yom Kipur

(Día del Perdón), con ceremonias que se realizaron en calles y plazas para albergar a cientos de fieles, protegidos con cubrebocas y manteniendo cierta distancia, en medio de las restricciones para prevenir la propagación del coronavirus.

Luego del tradicional toque del shofar, que marca la finalización de la conmemoración, los israelíes se acercaron a la plaza Dizengoff en Tel Aviv para cantar el Hatikva.

Durante la festividad, los patios de las sinagogas recibieron a pequeños grupos de fieles de un país que aún no termina de despertar de la pesadilla y que cada día suma más casos a la trágica estadística del Covid-19.

Este año, todos los negocios no esenciales ya se vieron obligados a cerrar y se ordenó a los israelíes que permanezcan a menos de mil metros de sus hogares durante las Altas Fiestas, que comenzaron la semana pasada con Rosh Hashaná y continuarán en octubre.

Como parte del último cierre, los israelíes solo pudieron orar en áreas abiertas cerca de casa, con reuniones limitadas a veinte personas.

En Israel, la festividad también está asociada con la guerra árabe-israelí de 1973, cuando Egipto y Siria lanzaron un ataque sorpresa. Las familias normalmente visitaban las tumbas de los parientes caídos, otra tradición cancelada debido a las restricciones del virus.

Fuente: agenciaajn

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