Israel y Kosovo firmarán mañana un acuerdo para establecer

relaciones diplomáticas en una ceremonia virtual, a la que asistirá el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Kosovo ha encontrado una propiedad en el centro de Jerusalem, donde abrirá su embajada en unos meses tras el acuerdo sellado a partir de los auspicios del entonces presidente estadounidense Donald Trump.

Biden se dispuso a participar en la ceremonia que marcará un nuevo capítulo en los denominados Acuerdos de Abraham, y que ya se tradujo en la normalización de las relaciones con los Emiratos Árabes Unidos, Barein y Sudán.

“El reconocimiento por Israel es uno de los mayores logros de la República de Kosovo, vuelto posible gracias a nuestro amigo y eterno aliado, Estados Unidos”, declaró la ministra kosovar de Relaciones Exteriores, Meliza Haradinaj-Stublla, en un comunicado.

En setiembre, con motivo de una cumbre sobre una normalización económica entre Serbia y Kosovo, Trump sorprendió al revelar que también consiguió el reconocimiento de Israel por el gobierno kosovar y la apertura de una embajada en Jerusalem.

Por su parte, el canciller israelí Gabi Ashkenazi declaró que “el reconocimiento por parte de Israel es uno de los mayores logros para Kosovo, que llega en un momento clave para nosotros, gracias a Estados Unidos de América, nuestro común y eterno aliado”, señaló.

La decisión sobre el reconocimiento mutuo entre Kosovo, de mayoría musulmana, e Israel se logró el pasado mes de septiembre en una cumbre de líderes kosovares-serbios en la Casa Blanca, en presencia del entonces presidente Trump.

En la reunión, Belgrado también acordó trasladar su embajada en Israel a Jerusalem, algo que no ha hecho hasta el momento.

La administración Trump reconoció a Jerusalem como capital de Israel a finales de 2017 y trasladó allí la embajada estadounidense en mayo de 2018. Washington ha animado a otros países a hacer lo mismo, pero ha sido ampliamente criticado por los palestinos y muchos en Europa porque el conflicto palestino-israelí sigue sin resolverse.

El Parlamento de Kosovo declaró su independencia de Serbia en 2008, nueve años después de que la OTAN llevara a cabo una campaña de ataques aéreos de 78 días contra Serbia para detener una sangrienta represión contra los albaneses étnicos en Kosovo.

La mayoría de los países occidentales han reconocido la independencia de Kosovo, pero Serbia y sus aliados, Rusia y China, no. El bloqueo actual y la falta de voluntad de Serbia para reconocer a Kosovo han mantenido las tensiones a fuego lento y han impedido la plena estabilización de la región de los Balcanes tras las sangrientas guerras de la década de 1990.

Fuente: agenciaajn

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