La bendición sacerdotal del Muro de los Lamentos se llevó a cabo con diez adoradores,
incluyendo al enviado de Estados Unidos, David Friedman. La tradicional peregrinación de Pésaj a Jerusalem, que normalmente atrae a decenas de miles de espectadores, se redujo drásticamente debido a las restricciones impuestas por las autoridades para contener la pandemia del coronavirus.
En dos ocasiones al año, miles de practicantes se dirigen al Muro Occidental, ubicado en la Ciudad Vieja de Jerusalem, para realizar una bendición, conocida como Birkat Hacohanim. Para ello, tiene lugar una peregrinación y una multitud suele desbordar la plaza del Muro y colmar los alrededores. Esto ocurre durante las festividades de Pésaj y de Sucot, la primera de ellas transcurriendo esta semana.
Este año, solo se permitió la presencia de un puñado de personas en la ceremonia. David Friedman, el embajador de Estados Unidos en Israel, fue uno de los participantes en el servicio de oración del domingo.
Aunque Israel ha prohibido la oración en grupo como parte de los esfuerzos para detener la propagación del virus, se hizo una excepción en el Muro, donde un quórum de diez hombres judíos reza tres veces al día.
“El año pasado estuve entre los 100,000 participantes. Este año, desafortunadamente, fuimos muchos menos. Rezaré para que el mundo se libre de más enfermedades o penas, tanto del COVID-19 como de otros males”, escribió Friedman en Twitter.
La ceremonia, en la que los descendientes masculinos de la casta sacerdotal Cohanim se reúnen para dar una bendición, implica el levantamiento de las manos para realizar la bendición, con los que la llevan a cabo envueltos en mantos de oración.
FUENTE: agenciaajn.com