//Linda Bucay

El acoso escolar, en inglés bullying, se refiere al uso repetido y deliberado de agresiones verbales, psicológicas o físicas para lastimar y dominar a otro niño(a) o adolescente. Esto sucede sin que haya existido una provocación, sabiendo además que la víctima no tiene posibilidades de defenderse. Hoy, es muy común hablar de este tema, sin embargo, todos los que hemos estado en un salón de clases hemos sido testigos de la frecuencia con que ocurre el acoso escolar, que cada vez evoluciona a distintas formas más graves.

Normalmente se manifiesta con golpes o empujones, amenazas, insultos o burlas; poner apodos, generar rumores, expresar comentarios sexistas u homofóbicos, excluir, omitir o negar la existencia de las personas, entre otras. En México, hasta 32 por ciento de niñas y niños entre 6 y 9 años de edad, dicen sentirse expuestos a violencia en la escuela, según datos de la Consulta Infantil y Juvenil de 2000 realizada por el INE, mientras que 25 por ciento afirmó ser objeto de violencia en el ámbito escolar según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2006.

Desde hace algunos años, este tema ha despertado el interés de los investigadores, por lo que hoy tenemos estudios que nos dan más claridad. Uno de los hallazgos más importantes es que existe una relación muy cercana entre el bullying y el consumo de alcohol y drogas.

Por un lado, sabemos que los niños y niñas que sufrieron violencia por parte de sus compañeros o maestros, tienen una autoestima deteriorada, y mantienen el silencio por temor a las repercusiones. Se sienten ignorados, excluidos, discriminados, agredidos o sexualmente acosados, lo cual les genera altos niveles de ansiedad; muchos tienen un constante miedo a ir a la escuela. En ocasiones, para sobrellevar y soportar su situación emocional, tarde o temprano abusan del alcohol y otras drogas.

Por otro lado, diversos estudios señalan que tener una historia previa de violencia es uno de los factores que influyen en el inicio del consumo de drogas en los adolescentes.Asimismo, que un niño que proviene de un hogar donde las relaciones son violentas, tiende a reproducir comportamientos agresivos en entornos como la escuela.

En México se registra que el 5.6 por ciento de jóvenes abandonan la secundaria, y la violencia en los salones de clases es una de las cuatro razones más frecuentes. Esto les lleva a tener mucho tiempo libre y verse expuestos a la influencia de bandas juveniles, al consumo de alcohol y tabaco, y a la experimentación de drogas.

Es fundamental que le demos la importancia que tiene este tema sin minimizar los daños que provoca en los niños y adolescentes, los cuales pueden desarrollar diversos problemas, entre los cuales está el consumo de sustancias. Si te interesa saber más sobre el tema, acércate a Umbral.

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