En Lag Baomer conmemoramos el fallecimiento de rabí Shimon Bar Iojai,
conocido como Rashbi, uno de los más grandes sabios de la Mishná y el principal autor del sagrado Zohar. Es difícil llegar a evaluar a una figura tan elevada. De hecho, hoy en día pocos pueden llegar a comprender su grandeza. Sin embargo, diversos incidentes registrados en el Talmud y en el Midrash y muchas de sus propias afirmaciones pintan una imagen sorprendente. Tratemos de captar aunque más no sea una leve impresión de esta personalidad.
Sabemos muy poco sobre el origen y los primeros años de rabí Shimon, además de que era uno de los alumnos principales de rabí Akiva. Después del fallecimiento de los 24,000 alumnos de rabí Akiva, en un período que el Talmud describe como ‘desolado’, rabí Akiva encontró cinco alumnos escogidos para reemplazar a los anteriores. Entre ellos se encontraba Rashbi. Ellos intentaron superar la pérdida colosal de Torá que tuvo lugar como consecuencia del fallecimiento de los alumnos de rabí Akiva (Talmud, Ievamot 62b). También encontramos que el joven rabí Shimon y otros estudiantes fueron ordenados por rabí Iehudá ben Bava, quien desafió el decreto romano y de esta forma pusieron en riesgo sus vidas. Rabí Iehudá fue condenado a muerte por su ofensa, pero los estudiantes pudieron escaparse (Talmud, Sanedrín 13b-14a).
Entonces tuvo lugar el momento clave en la vida de rabí Shimon, sin que él lo planeara pero forzado por la providencia Divina. El Talmud (Shabat 33b) registra el siguiente incidente (parafraseado):
Rabí Shimon y otros sabios estaban discutiendo sobre el impacto del gobierno romano sobre la Tierra Santa. Rabí Iehudá alabó a los romanos por la excelente infraestructura que habían desarrollado: mercados, puentes y casas de baño. Rashbi le respondió: “Todo lo que ellos hacen lo hacen para su propio beneficio. Los mercados los establecen para propósitos inmorales, las casas de baño para embellecerse y los puentes para cobrar impuestos”. Los efectos de sus actos podían resultar beneficiosos, pero eso no podía separarse de los motivos ulteriores que tenían.
Sus palabras llegaron a oídos de los romanos, que decretaron la pena de muerte para rabí Shimon. (En contraste, a rabí Iehudá le dieron un cargo elevado). Rabí Shimon se escondió con su hijo, rabí Elazar, quien sin duda también estaba en peligro. Ellos se escaparon a una cueva (que de acuerdo con la tradición se encuentra en Pekiin, hoy en día un pueblo druso en el norte de Galilea). D-os hizo crecer milagrosamente un árbol de algarrobo y que fluyera un río por la entrada de la cueva, proveyéndoles la nutrición básica para que pudieran sobrevivir. Ellos comenzaron a estudiar Torá durante años sin ninguna interrupción. Para que sus prendas no se gastaran, se desnudaban y se enterraban en la arena hasta el cuello. De esa forma estudiaban durante todo el día, excepto cuando salían brevemente para rezar.
Bajo esas condiciones irreales y elevadas, Rashbi y su hijo dominaron los más profundos secretos de la Torá, las enseñanzas místicas de la Cábala.
Fuente: aishlatino