Extrañamente, el comienzo de la historia del Éxodo de Egipto está centrado en las acciones de cinco mujeres.

 

Salvado del genocida decreto de Faraón gracias a la acción de dos parteras, Shiphra y Púa y de su madre Yojeved, Moisés, el hombre que llegará a cambiar el mundo, sobrevive en las aguas del Nilo. La decisiva acción de su intrépida hermana mayor Miriam, quien vela por él mientras flota a la deriva en el Nilo, ayuda a asegurar su futuro, mientras que, en contravención a las órdenes de su padre, la hija del faraón lo saca del río.

Como ha señalado la erudita bíblica, J. Cheryl Exum, profesora emérita de la Universidad de Sheffield: “La liberación de Israel de la esclavitud en Egipto comienza con las valientes y desobedientes acciones de las mujeres. Comienza cuando las mujeres se niegan a cooperar con la opresión…”

Claramente, tal como lo nota el filósofo y teórico político israelí Yoram Hazony: “Ninguna de estas mujeres tiene un decreto de D-os o sus profetas que las instruye que salvar al niño es lo correcto. El razonamiento que les lleva a esto es enteramente suyo.”

Su audaz rechazo a cooperar con la opresión, el que las llevó a oponerse a la autoridad, fue motivado por el valor que estas mujeres atribuyeron a la santidad que tiene la vida.
En palabras de la profesora de la Universidad de Harvard, Laurel Ulrich: “Las mujeres que se comportan raramente hacen historia”. Así el rabino Akiva, uno de los más importante sabios del Talmud, hizo una de las evaluaciones históricas más notables de rabinismo: “Israel fue redimido de Egipto gracias a las virtuosas mujeres de esa generación.”

Fuente: www.aurora-israel.co.il

Pésaj

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