Dos hermanas de Corea del Sur que fueron abandonadas hace 47 años
en una estación de ferrocarriles y dadas en adopción, cada una en un país diferente, se volvieron a encontrar gracias a una tecnología innovadora desarrollada por la compañía israelí My Heritage.
Esta tecnología hace posible almacenar información genética a través de una prueba de ADN y cruzarla con información almacenada en la base de datos.
Durante años las hermanas intentaron averiguar sobre su pasado y ubicar a su familia biológica, pero incluso sus nombres reales no sabían ni tenían una base para comenzar a investigar, hasta que una de ellas se dirigió a la firma israelí y se realizó la prueba de ADN.
Roy Mandel, investigador principal de My Heritage declaró recientemente a la prensa israelí: “El último mes de agosto llegó Christin Panel, ciudadana estadounidense, a la ciudad Tego en Corea del Sur, siendo todo lo que ella sabía que había sido dada en adopción en ese centro urbano. Se dirigió al orfanato y la estación de Policía y solicitó recibir toda la información disponible. Pese a que recibió fotos de ella siendo bebé, no había otra información sobre ella. Tras salir de allí con las manos vacías decidió realizarse una prueba de ADN con la esperanza de que le traiga algún tipo de descubrimiento en su vida. Dos semanas después llegó una mujer belga de nombre Kim y se realizó el mismo chequeo. Un mes después recibieron los resultados y descubrieron que eran hermanas”, contó.
“Tras recibir una alerta del sistema de My Heritage de que eran hermanas se comunicaron entre sí a través de la plataforma digital”, continuó. “Luego se comunicaron con nosotros muy emocionadas y asombradas, para preguntarnos qué deberían hacer”, dijo Mandel.
“Se trata de un hecho tan inusual que también nosotros nos emocionamos del encuentro y acompañamos a las dos hermanas durante el proceso”, contó.
“Escuchamos historias emocionantes todos los días, pero una historia tan conmovedora como esta no hemos encontrado en mucho tiempo. Habían pasado dos semanas desde que habían recibido el ADN y llegaron a Corea del Sur para juntarse en la misma estación de ferrocarril, misma plataforma, donde habían sido abandonados por la madre. Luego disfrutaron diez grandiosos días juntas, que no olvidarán jamás”, cerró la historia.
Fuente: www.agenciaajn.com