Queridas hermanas y queridos hermanos de la Gran Familia Cedeísta:
La visión judía del tiempo es que este es de naturaleza cíclica, pero progresiva. Cada año nos encontramos en las mismas fechas, pero las situaciones cotidianas van cambiando.
Esto significa que todos los días tenemos la oportunidad de revisar y mejorar lo hecho en el pasado.
Es por ello muy positivo y alentador que en estos días en los cuales nos preparamos personal y espiritualmente para recibir al Año Nuevo Judío con optimismo y transparencia, se nos presenta la oportunidad de reflexionar y ‘hacer un balance del alma’, de esforzarnos en ajustar la ruta con el objeto de enmendar y complementar lo que corresponda, de evaluar cuantitativa y cualitativamente nuestro comportamiento y reforzarlo especialmente con Mitzvot Bein Adam Lejavero como juzgar a nuestros compañeros positivamente, buscar ayudar unos a otros y querer a nuestros semejantes como a nosotros mismos, pensando en la unión y bienestar de todo nuestro pueblo y en la paz definitiva para nuestros hermanos en Israel. En nuestro querido Centro Deportivo Israelita, la Casa de Todos, hacemos lo mismo en el plano colectivo; estas fechas nos animan a realizar un recuento de los logros, los retos, los avances y los pendientes de nuestra intensa, constante y multidimensional actividad. Orgullosamente, el balance es sumamente positivo y alentador, aunque no perdemos la perspectiva y siempre tenemos puesta la mirada en lo que podemos mejorar para servir más y mejor a todos nuestros asociados.
5779 ha sido, sin duda, un año de intenso y fructífero trabajo. Hemos sembrado y cosechado, juntos y unidos, los frutos de numerosos proyectos e iniciativas. Aún se encuentran frescos y nos emocionan los recuerdos de la gran fiesta de los XIV Juegos Macabeos Panamericanos, y todo lo que representó para el Yishuv Judeomexicano.
Nuestra gratitud y reconocimiento se extiende a todos los Asociados que han depositado su confianza en el CDI; a quienes han hecho posible la materialización de nuestra labor cotidiana y los grandes proyectos institucionales; a aquellos que dedican su tiempo y esfuerzo voluntario y a todos los profesionales y colaboradores que día con día trabajan con ahínco y gran vocación de servicio.
Hago extensivo mi deseo personal, y a nombre de todas y todos mis compañeros, para que en el año 5780 nuestro entrañable Dépor siga siendo una institución ejemplar, vanguardista y estimulante, punta de lanza y fuente de orgullo para toda la Comunidad.
Que el Todopoderoso le brinde a cada uno de ustedes y a sus apreciables familias, un sinfín de bendiciones, salud, prosperidad, tranquilidad, satisfacciones y mucha alegría.
Que veamos pronto la tan anhelada paz en Medinat Israel y en el mundo, y que seamos todos inscritos en el Libro de Vida para un año nuevo bueno y dulce.
¡Tisku Leshanim Rabot Neimot veTobot, Shaná Tobá Umetuká!