La Sra. Koch, que resultó herido de gravedad en un accidente de autobús en el túnel Carmel hace dos
meses y medio, salió de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Carmel en Haifa por primera vez para ver el sol.
Ella había estado en un coma inducido durante las últimas semanas, con su vida en real peligro.
Koch, residente de Kiryat Tivon (cerca de Haifa), estaba en el autobús 101 cuando ocurrió el terrible accidente, en el que 23 personas resultaron heridas.
Relata el Dr. Arik Edén, jefe de la unidad de cuidados intensivos del hospital Carmel que “Etty vino a nosotros en estado crítico después del accidente, con su vida en peligro inmediato. Fue tratada con una larga serie de cirugías y complicados procedimientos y un gran contingente de médicos y especialistas que participan en su tratamiento todo el tiempo”.
Marina Nichanowitz, jefe de la enfermería en la UCI del hospital Carmel, se ha vuelto especialmente cercano a Koch, habiéndola recibido en el hospital a su llegada después del accidente, y dada su constante tratamiento de apoyo, junto con el resto del personal de enfermería.
“Después de todo un difícil mes en el que Etty estaba en un coma inducido y conectada a las máquinas de respiración, verla hoy sentarse, hablar y sonreír es una imagen tan maravilloso que nos da fuerza a todo el personal y a mí para continuar con nuestro duro trabajo”, contó la enfermera Marina con evidente emoción.
Koch fue llevada a un pequeño viaje fuera de la UCI, en una silla especial, por primera vez esta semana, ya que se consideró que era beneficioso para ella respirar el aire limpio y recibir algo de sol.
En una compleja operación logística que involucró médicos, enfermeras y técnicos del equipo de la UCI, Koch fue capaz de salir a la zona situada frente a la entrada del hospital.
“La única cosa que recuerdo del accidente es que estaba de pie al lado del conductor, cuando de repente exclamó “¡Wow!, y luego simplemente perdí el conocimiento”, relató Koch, “yo todavía estaba lo suficientemente consciente por un momento para sentir la gente que camina sobre mí y oírlos gritar, y también me sentí que algo tiraba de mi pelo. Unos segundos más tarde me había ido y no recuerdan nada. Dos meses enteros de mi vida se acaban de borrar de mi memoria, y yo le doy gracias a D-os y a los ángeles del personal de Carmel que me devolvieron la vida”, añadió.
“Estoy muy feliz, y me siento muy afortunada de haber conseguido mi vida de nuevo. El trato que he recibido aquí en el hospital Carmel es el perfecto ejemplo de dedicación. Cada vez que yo hacía hasta el más mínimo movimiento las enfermeras y los médicos venían inmediatamente a verme y a cuidar de mí. Su cuidado y dedicación está realmente más allá de las palabras”.
Fuente: www.unidosxisrael.org