El Primer Ministro Benjamin Netanyahu aseguró, a su llegada a la Knéset, que habrá elecciones. Al término del tiempo establecido para formar gobierno, el mandatario no logró hacerlo.

Tanto los partidos ultraortodoxos (Judaísmo de la Torá y Shas) como Yisrael Beytenu rechazaron los intentos de negociación del Likud

mientras se agotaba el tiempo para formar una coalición. La mayor discordia se produjo en torno a la Ley de Enrolamiento y los esfuerzos de mediación no dieron resultado.

La votación para disolver la Knéset se lleva a cabo esta noche en Israel.

Durante toda la jornada, el Primer Ministro Netanyahu hizo esfuerzos por incorporar otros partidos a su coalición, para poder formar gobierno sin Avigdor Liberman. En concreto ofreció al partido Laborista varios cargos, entre ellos el Ministerio de Finanzas.

La mayoría de los legisladores de Avodá rechazaron de plano el ofrecimiento, y después de varias horas, el titular del Partido Laborista, Avi Gabbay, comunicó que no la aceptaban.

La oferta del Likud incluía detener los proyectos de ley que el partido cree que perjudicarían a la democracia, incluida la Ley de Inmunidad.

La Knéset votará en segunda y tercera lecturas su autodisolución, en base a un proyecto presentado por el Likud, que incluye la convocatoria a elecciones el 17 de septiembre próximo.

El Likud presentó el proyecto de ley para disolver la Knéset para impedir que el presidente Rivlin tuviera oportunidad de designar a alguien que no sea Netanyahu como encargado de formar el próximo gobierno.

Fuente: www.agenciaajn.com

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