Reseñas Habima

Reseñas Habima

Colisiones o el incendio de las mariposas 

Hay obras que se ven, y hay obras que se viven. Colisiones o El incendio de las mariposas es una de esas piezas que no solo se observa desde la butaca, sino que se siente en el pecho. Es una experiencia que atraviesa el corazón y deja una estela encendida mucho después del último aplauso.

Desde el primer instante, la puesta en escena nos envolvió con una estética cuidada y una sensibilidad distinta. La iluminación, el ritmo y el uso del espacio escénico hicieron que cada momento brillara con vida propia, sin perder nunca su conexión con el todo. No era solo una obra: era un tejido. Un incendio emocional que ardía suave, pero profundo.

La obra fue dirigida por Salomón Palombo e interpretada por un elenco extraordinario:

Margalit Zajac, Shai Grinberg, David Shilo, Elka Rubinstein, Mauricio Bank, Alex Oliver, Yoje Bank e Igal Rosemberg. Lloramos. Reímos. Nos reconocimos. En los gestos, en las palabras que no se dicen, en las heridas que los personajes arrastran como si fueran nuestras. Y quizá lo más impactante fue entender que ninguna historia vive aislada: cada una afecta a la otra, cada vida deja una huella en la siguiente.

Lo conmovedor no fueron solo los diálogos honestos, sino la manera en que las historias colisionan: un amor falso, un pecado, una tragedia, un recuerdo que insiste, una culpa que quema.

Cada personaje habita su propia tormenta, pero también se vuelve parte de la de los otros. Como mariposas atrapadas en un mismo incendio, sus vuelos se entrecruzan en una danza inevitable.

Colisiones es, en muchos sentidos, un espejo. Uno que no solo refleja, sino que transforma.

//Fortuna Roffe

 

Reseñas teatro corto

El libro de las cosas que no han pasado

Hay historias que, en solo quince minutos, logran abrir un universo entero. El libro de las cosas que no han pasado es una de esas pequeñas maravillas que te abrazan con nostalgia, ternura y juego.

Fue escrita y dirigida por Max Dylan/Moy Almog, protagonizada por Uri Leimseder como Pol y Elisa Pérez como Clara. La obra nos sumerge en el vínculo entrañable entre dos primos que han compartido aventuras, secretos y mundos imaginarios. En esta ocasión, enfrentan una nueva etapa en sus vidas: cuando crecer empieza a sentirse inevitable.

A través de un texto sensible y una puesta en escena sencilla pero poderosa, la historia explora la magia de imaginar, el vértigo del cambio y el deseo de quedarse un poco más en ese lugar seguro.

Te ríes. Te conmueves. Te acuerdas de ti.

Una obra breve pero profunda, que demuestra que no hacen falta grandes escenarios para contar grandes verdades. Solo hacen falta dos personas, un libro… y muchas cosas que aún no han pasado.

Institución: Independiente

//Fortuna Roffe

 

Hagamos un sindicato

¿Qué pasa cuando los personajes que siempre están al fondo deciden dar un paso al frente? Hagamos un sindicato responde esa pregunta con una mezcla deliciosa de comedia, caos y crítica.

Dirigida por Marcos Shaouly y creada por Fortuna Roffe, esta pieza de 15 minutos rompe la cuarta pared con ingenio y descaro. Aunque existía un libreto base, la función fue completamente improvisada, lo que le dio una frescura eléctrica y una complicidad directa entre los actores.

Los actores Salomón Palombo, Daniel Charnevitz, Eduardo Cohen e Ilan Hamra brillaron —ironías del guion— como personajes secundarios que ya no quieren quedarse en las sombras. Unidos por una causa común (y divididos por sus egos y métodos), nos regalaron momentos absurdos, delirantes y profundamente humanos.

Entre discusiones ridículas y liderazgo sindical, esta obra breve logra algo no tan breve: cuestionar el papel que jugamos en las historias de otros… y en la nuestra.

Improvisación con estructura, humor con crítica y personajes “secundarios” que, por fin, se roban el escenario.

Institución: Independiente

//Fortuna Roffe

Mi media guanábana

Bajo la dirección de Shai Grinberg, Mi media guanábana nos invita a reflexionar, entre risas y desencantos, sobre las expectativas románticas y los giros absurdos del destino amoroso. En este ingenioso y fresco montaje de teatro corto, la Compañía de Teatro CDI adapta el texto de Alberto Ruzansky con un ritmo ágil y una sensibilidad contemporánea que conecta de inmediato con el público.

La historia sigue a Sofía y Marcos, interpretados con gran naturalidad y carisma por Daniela Ben Ari y Jonathan Saban, en su búsqueda de la tan anhelada “media naranja”. Sin embargo, como sugiere el título —y la deliciosa metáfora—, puede que el amor tenga formas menos convencionales… y más exóticas. ¿Y si, en lugar de una naranja, el destino te entrega una guanábana?

La propuesta escénica, aunque sencilla, se apoya con eficacia en el trabajo actoral y en una dirección que apuesta por lo lúdico, lo absurdo y lo entrañablemente humano. Grinberg logra un equilibrio entre el humor ligero y la reflexión emocional, sin caer en el cliché romántico ni en la exageración.

Mi media guanábana es una pequeña joya dentro del formato de teatro corto: divertida, honesta y con una mirada aguda sobre las relaciones modernas. Una obra que deja una sonrisa —y, tal vez, una semilla de guanábana— plantada en el corazón del espectador.

Institución: Centro Deportivo Israelita

//Fortuna Roffe

 

Arena entre los dedos

En medio de un consultorio médico, dos vidas se cruzan de nuevo. No hay música épica ni gestos grandilocuentes. Solo una mirada, un silencio compartido… y un recuerdo que despierta.

Arena entre los dedos es una obra breve pero profundamente humana que se adentra en lo que queda cuando el tiempo ha pasado, pero las emociones siguen intactas. Luis y Sara, dos adultos mayores, se reencuentran inesperadamente y, desde ese momento, sus vidas comienzan a entrelazarse en una serie de encuentros sutiles, íntimos, inesperados.

La obra no se apura. Camina con calma, como lo hacen ellos. Y en ese ritmo pausado, nos lleva a reflexionar sobre lo que fuimos, lo que dejamos ir y lo que todavía podemos recuperar. El amor, el arrepentimiento, la nostalgia y la ternura se mezclan con delicadeza, sin forzar la emoción, pero dejando que se cuele por cada rincón.

Las actuaciones de Isaac Maya, Feige Linder y Pola Maya le dan alma a una historia que no necesita gritar para hacerse escuchar. Porque a veces, lo más profundo es también lo más callado.

Arena entre los dedos es eso: un suspiro que se queda flotando, una confesión de amor.

 

Institución: Independiente

//Fortuna Roffe

 

El Villano

Hay obras que entretienen, otras que hacen pensar… y luego está El Villano, que logra ambas cosas mientras se gana al público desde el primer minuto. En esta original propuesta del grupo independiente Katarsis, dirigida con ingenio por Mark Slovik y Orly Bross, vivimos una experiencia teatral tan divertida como inesperadamente filosófica.

La obra, escrita por el propio Slovik, es una sátira deliciosa de los cuentos clásicos, donde el típico romance entre el campesino y la princesa se ve interrumpido —y completamente desarmado— por un narrador muy especial: un villano existencialista que no solo duda de sus actos, sino del sentido mismo de su papel en la historia. Y vaya que tiene cosas que decir.

Con diálogos afilados y situaciones absurdamente brillantes, el montaje mantuvo una conexión constante con el público, que no dejó de reír, sorprenderse y aplaudir. La energía del elenco fue contagiosa, y cada personaje —desde el despistado Rey Julián hasta la entrañable Tomasa o el hilarante “Mapa”— aportó una chispa única que hacía avanzar esta montaña rusa escénica.

El elenco, compuesto por talentos frescos como Víctor Bistre, Rebeca Levy, Abbie Bross, Ilana Grobeisen, Samuel Behar y la misma Orly Bross, mostró una química envidiable, con actuaciones que equilibraron lo caricaturesco con lo auténtico. El resultado fue una obra que nunca se toma demasiado en serio, pero que termina dejando preguntas bastante profundas: ¿Quién escribe nuestras historias? ¿Somos los héroes, los villanos… o simplemente parte del cuento?

El Villano no solo fue una función divertida; fue una celebración del teatro joven, de la creatividad libre y de los textos originales que se atreven a romper moldes. En un festival que busca precisamente eso —nuevas voces, nuevas formas—, este montaje brilló como una propuesta fresca, inteligente y llena de corazón.

Esperamos ver más de este grupo y de este autor en los escenarios futuros. Porque si este fue el “villano”, ¡bienvenidos sean más así!

Institución: Independiente

 

Reseñas Habimita

Pocas experiencias resultan tan gratificantes como ver a las nuevas generaciones tomar el escenario con entusiasmo, creatividad y un profundo mensaje que va más allá de la ficción. Este fin de semana en Habimita, durante el 34 Festival Habima de Teatro, el Colegio Hebreo Monte Sinai nos regaló un recorrido escénico lleno de imaginación, valores y talento desbordante, a través de cinco montajes que hicieron vibrar al público con sus historias tan entrañables como significativas.

Misión futuro

Abrió el telón con una propuesta de ciencia ficción para toda la familia. Lo que comenzó como un juego entre niños y una misteriosa máquina del tiempo, se convirtió en una reflexión profunda sobre el papel de la humanidad en un mundo dominado por la tecnología. La obra brilló por su mensaje esperanzador: el futuro se construye con empatía, trabajo en equipo y un firme compromiso con nuestros valores humanos. Una puesta en escena ágil, con un diseño escenográfico que supo conjugar lo futurista con lo emocional.

Institución: Colegio Hebreo Monte Sinai

 

 

Los villanos fuera de control

En Los villanos fuera de control, la magia de los cuentos clásicos volvió a cobrar vida con una chispa renovada. El caos de los villanos liberados fue el escenario perfecto para que los niños protagonistas demostraran ingenio y valentía. Entre risas, acertijos y momentos de tensión encantadoramente resueltos, esta obra se convirtió en un homenaje al poder transformador de la lectura y la imaginación. Cada personaje fue interpretado con una frescura contagiosa, logrando empatía incluso con los más temibles “malos”.

Institución: Colegio Hebreo Monte Sinai

 

Detengamos a la pandilla engañosa

Nos ofreció una historia con un claro propósito formativo sin perder el ritmo ni el entretenimiento. Las detectives Verónica Verdad y Victoria Veraz se ganaron el corazón del público con su simpatía y firmeza. La obra fue una especie de “thriller” infantil con moraleja, que dejó un mensaje claro sobre la importancia de la verdad, la honestidad y la defensa de los valores en una sociedad que los necesita más que nunca.

Institución: Colegio Hebreo Monte Sinai

Astharys: el guardián inesperado

La ternura y la profundidad llegaron con Astharys, el guardián inesperado, una fábula contemporánea que cuestiona los prejuicios y nos invita a mirar más allá de las apariencias. Con una estética fantástica y una narración llena de matices emocionales, esta obra se convirtió en un acto de empatía escénica. El dragón Astharys fue interpretado con una sensibilidad que logró conmover, recordándonos que la diferencia no es una amenaza, sino una oportunidad para crecer.

Institución: Centro Deportivo Israelita

 

La gran reunión de los cuentos perdidos

Finalmente, La gran reunión de los ruentos perdidos cerró con broche de oro esta serie teatral. Fue una comedia coral tan hilarante como encantadora, donde los personajes clásicos, desorientados y divertidos, redescubrieron el valor de su propia historia. El humor, la picardía y la interacción entre actores y público generaron una atmósfera festiva que celebró la memoria colectiva de los cuentos, recordándonos que todos somos parte de una historia que merece ser contada.

El Colegio Hebreo Monte Sinai demostró que el teatro infantil y juvenil no solo entretiene, sino que educa, sensibiliza y deja huella. A través de estas obras, los jóvenes actores desplegaron su talento con compromiso, mientras que los directores y docentes detrás del telón supieron orquestar un proyecto artístico con propósito y corazón. Un verdadero regalo escénico que honra la esencia del Festival Habima y nos deja con esperanza en el futuro del arte teatral.

Institución: Independiente

 

Reseñas Habima Teens

Cda año, el Festival Habima de Teatro nos recuerda el poder transformador del escenario, no solo como espacio artístico, sino como terreno fértil para sembrar ideas, emociones y reflexiones. Este año, los montajes presentados por los grupos de Habima Teens del Colegio Hebreo Maguen David, el Colegio Bet Hayladim, el Colegio Olamí ORT, el Colegio Hebreo Tarbut y la Escuela Yavne nos ofrecieron una muestra plural, sensible y profundamente humana, donde el talento juvenil brilló con luz propia.

 

Al otro lado del espejo

Nos condujo a una travesía introspectiva con ecos de lo fantástico y lo poético. A través de una propuesta estética elegante y simbólica, esta obra nos llevó a mirar hacia adentro, a cuestionar nuestras identidades y a celebrar la multiplicidad de ser. La joven protagonista cruzó un umbral que no solo fue físico, sino emocional, invitándonos a reflexionar sobre quiénes somos y quiénes podríamos ser si nos atreviéramos a ver más allá del reflejo. Una pieza breve pero poderosa, cargada de significado.

Institución: Colegio Hebreo Maguen David

 

¿Cómo mejorar tu vida social?

Con un tono completamente distinto, ¿Cómo mejorar tu vida social?, del Colegio Bet Hayladim, apostó por el humor con inteligencia. La obra hizo reír, pero también dejó espacio para la ironía y la crítica social, planteando una pregunta que muchos se hacen, especialmente en la era digital: ¿qué significa realmente tener una vida social plena? La puesta fue ágil, ingeniosa y fresca, con un ritmo vertiginoso y actuaciones que supieron equilibrar lo absurdo con lo cotidiano, generando una complicidad inmediata con el público.

Institución: Colegio Bet Hayladim

 

Los figurantes

Fue sin duda una de las propuestas más meta-teatrales y audaces. En una suerte de juego escénico, los personajes secundarios tomaron el control de la obra —y del escenario— para repensar su rol dentro de la ficción. Esta pieza demostró una conciencia escénica notable y ofreció momentos de gran comicidad, reflexión y ruptura de la cuarta pared, cuestionando el lugar que ocupamos dentro de las historias… y en la vida misma. Un montaje lleno de guiños teatrales que encantó a los más atentos.

Institución: Colegio Olamí ORT

 

Ay… Adolesencia !!!!!

Desde una perspectiva más íntima y emotiva, Ay… Adolesencia!!!, del Colegio Hebreo Tarbut, nos sumergió en el torbellino que es crecer. Ocho jóvenes pusieron voz, cuerpo y emoción a esas preguntas que todos nos hicimos (o seguimos haciéndonos) en la adolescencia. Con una estructura coral, sincera y sin adornos innecesarios, la obra habló de justicia, amistad, identidad y pertenencia. Fue un espejo honesto de lo que implica ser adolescente hoy, y de cómo el teatro puede ser un canal para expresarlo todo sin filtros.

Institución: Colegio Hebreo Tarbut

 

Qué Plantón

Cerró esta serie con un toque de fábula ecológica y profunda ternura. Con personajes que eran plantas y flores, se construyó un relato lleno de simbolismo y enseñanzas sobre la naturaleza humana, la convivencia y el cuidado del planeta. La metáfora vegetal floreció en escena con color, alegría y un mensaje poderoso: cultivar valores es tan vital como sembrar semillas. Y justamente eso hicieron al final, al entregar semillas reales al público, en un hermoso gesto de continuidad entre la obra y la vida. Estas obras, diversas en estilo, forma y tono, comparten un mismo espíritu: el de un teatro que nace del aula, crece en los ensayos y florece sobre el escenario como un acto de amor colectivo. Los jóvenes actores y sus equipos docentes demostraron que el teatro escolar puede ser tan conmovedor como innovador, tan entretenido como reflexivo. En este Festival, nos hicieron reír, pensar y sentir. ¿Qué más se le puede pedir al arte?

Institución: Escuela Yavne