En la víspera de Rosh Hashaná, envió mis buenos deseos a todos nuestros hermanos, cada judío y judía, dentro de la totalidad del Pueblo de Israel, utilizando la bendición tradicional: “Le Shana Toba Umetuka”, que sea un año bueno y dulce.

 La Torá estableció, que la celebración de Rosh Hashaná, el comienzo del año, coincidiera con el Aniversario del Sexto día de la Creación, día en que D-os creó al hombre, y fue el hombre, el primero quien reconoció al Creador.

Rosh Hashaná, es un día de juicio universal, donde D-os quiere ver qué hemos hecho con el mundo maravilloso que nos dio. ÉL, como un padre, desea que sus hijos estén en una evolución constante, ÉL desearía que este mundo fuera utilizado correctamente, para nuestra comodidad y desarrollo, espiritual, e intelectual. Por lo tanto, las Festividades Mayores, nos invitan a realizar un inventario espiritual de nuestra vida, y ver nuestra evolución, como seres humanos, eso sería lo ideal hacerlo año con año.

Son dos días completos de rezos, donde buscamos una conexión Divina, que nos ayude a seguir hacia adelante, no importando la edad que tengamos, siempre tenemos que ser mejores y estar en evolución constante.

En estas fechas, el convivio familiar se da con mucha fuerza, ya que la familia, frente a nuestro judaísmo, es sumamente importante en nuestras mesas se convive, se intercambian ideas, se agradece y se aprende, ya que en el orden de la mesa de Rosh Hashaná siempre habrá algunos alimentos que están relacionados con varios objetivos como pueblo judío.

Tenemos los dátiles, la acelga, la alubia, el poro, la calabaza, las manzanas con miel, la granada y la cabeza de pescado, que no debe faltar en las mesas de Rosh Hashaná. Bendecimos sobre cada uno de estos alimentos y estamos deseando sólo que ocurran, cosas buenas para nuestro pueblo, como, por ejemplo: que no tengamos ya más enemigos, que no existan malos decretos, que seamos una nación de líderes positivos, que nos llenemos de muchos preceptos buenos, y que tengamos un año dulce y bueno.

Rosh Hashaná se le conoce como Yom Terua, ya que ese día escuchamos en las sinagogas el sonido del shofar con 101 sonidos, la persona que lo toca se llama Tokea, estos sonidos nos invitan a varias cosas: como Agradecerle a D-os por todas sus bondades y amor hacia nosotros, a pedirle por nuestros seres queridos y por la paz mundial, pero, sobre todo, a reconocer la grandeza de D-os.

El Año Nuevo Judío es conocido, también, como Yom Hadin, día del juicio, donde seremos juzgados conforme a nuestras acciones personales, para con mi entorno y para el mundo en general.

Este juicio finaliza el día de Yom Kipur, que se celebra en fecha hebrea 10 días después de Rosh Hashaná, 10 de tishrei. Yom Kipur es el día del Perdón. Donde ayunamos y todo el día rezamos y confesamos nuestros pecados.

Durante el mes de elul, el shofar anunciaba la proximidad de nuestras Fiestas Mayores con la finalidad de que no nos tomen desprevenidos y poder hacer un balance de nuestra vida, para formularnos preguntas como ¿Quién soy? ¿Quién debería de ser? ¿Estoy viviendo de acuerdo al nivel espiritual que D-os quiere de mi? Éstas y otras preguntas surgen dentro de nosotros.

D-os sólo quiere lo mejor para sus hijos, y te da estas festividades, para que logremos reflexionar y ser cada día mejores personas, eso es todo lo que ÉL desea de nosotros.

Coronemos a D-os como Rey del Universo una vez más; este Rosh Hashaná, coronarlo significa pertenecer al Reinado de D-os y seguir sus maravillosos consejos, escritos en nuestra Santa Torá.

Con la ayuda de D-os, deseo de todo corazón, que tengamos un año bueno, lleno de salud, bendiciones, paz, progreso y mucho amor, feliz 5783.

// Morá Emilia Cohén de Maya.

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