En América cuando se produjo el encuentro entre
indios y los colonos europeos, la superioridad de los blancos se manifestó a través de la violencia, ahí comenzó el tiempo de la desdicha y el sufrimiento de los indios porque en el reparto posterior se quedaron con casi todo, con todo lo que les pertenecía a los indios. Continuamente los europeos impusieron la propiedad privada sobre la tierra que era de éstos, comprándola, robándola o matándolos.
El jefe indio judío
Por lo tanto, pocos indios creían o respetaban y mucho menos amaban a los blancos que conocían. Una excepción de esta generalización era Salomón Bibo, un comerciante blanco que se ganó el afecto y el cariño del pueblo de Acoma en Nueva México.
En 1888, Don Solomono como era conocido por los Acomas, se convirtió en el gobernador del pueblo de Acoma, un cargo equivalente al de jefe de la tribu. Sorprendentemente, los Acomas le pidieron al gobierno de Estados Unidos que reconociera a Bibo como su líder. Lo más notable de toda esta historia es que Bibo era un judío.
Salomón Bibo nació en 1853, en Brakel, Westfalia en Prusia, era el sexto hijo de Isak y Blümchen Bibo, su padre era el cantor (Jazán) de la sinagoga del lugar. En 1866, dos de los hermanos de Salomón se fueron a América y se instalaron en Nueva México, el cual en 1848 formaba parte de los Estados Unidos luego de haber sido anteriormente parte de México y como tal parte del imperio colonial español.
Al principio el mayor de los hermanos Bibo trabajaba para la familia Spiegelberg, pioneros judíos, comerciantes, pero luego se mudó a la pequeña aldea de Ceboletta, donde se instalaron en un lugar de intercambio y comercio de mercaderías con los indios Navajos. En 1869, a la edad de 16 años Salomón Bibo dejó las tierras germánicas por América. Luego de pasar algunos meses en la Costa Este aprendiendo inglés, se unió a sus hermanos en Ceboletta, pero luego aprendió muchas otras lenguas indígenas además de las que ya sabía, hablaba la lengua de los Acoma, los Laguna, el Navajo, el Zuni, el Castellano, además del Alemán y el Yiddish.
Todos los hermanos Bibo llegaron a gozar de muy buena reputación en sus tratos con las tribus indígenas de la región, eran considerados justos y honestos con ellos, que les llevaban productos de granja y con ese negocio progresaron muy rápidamente. Los Bibo también tenían un contrato como proveedores de los Fuertes del Ejército en el área de producción indígena, parte de la cual les vendían a los militares. Los Bibo les pagaban bien a los indios, hecho que los estimuló a mejorar sus técnicas de cultivo. También se involucraron profundamente en las cuestiones que les afectaban, interviniendo en la disputas sobre la propiedad de la tierra existente entre los indios y los residentes mexicanos que siempre habían codiciado las tierras de los indios. Asimismo trataron de interceder por los indios ante los blancos que trataban de aprovecharse de los indios comprando sus tierras a precios mucho más bajos de lo que verdaderamente valían. Los Bibo eran considerados amigos de los indios y no eran muy bien vistos por los mejicanos ni por los blancos estadounidenses.
Ninguno de los Bibo llegó tan lejos con los indios como lo hizo Salomón con los Acomas. Llegó al pueblo en 1882, donde se estableció e instaló un negocio de compra y venta. Aprendió Queresan, la lengua de los Acoma, y ayudó a la tribu en las luchas legales que sostenían para conservar sus derechos sobre las tierras que tradicionalmente les habían pertenecido. Un tratado con el Gobierno de los Estados Unidos de 1877, les garantizaba la titularidad sobre 94 000 acres de tierras, mucho menos de lo que los indios pensaban que les pertenecía de acuerdo a las evidencias históricas.
Los Acomas estaban decididos a hacer todo lo posible para no perder más de lo que ya lo habían hecho. Para llevarlo a cabo la tribu decidió ofrecerle a Bibo en 1884 el arriendo por treinta años de todas sus tierras a cambio de lo cual él les pagaría 12 000 dólares, protegería su ganado, mantendría lejos a los posibles ocupantes ilegales y por el derecho a la extracción del carbón de la mina existente en las tierras de los Acoma, les pagaría diez centavos por cada tonelada extraída. Pedro Sánchez, un indio de Santa Fe, agente de los Estados Unidos se enteró de este negocio y envidioso del éxito del “rico israelito” (judío rico), trató que el gobierno federal anulara este arriendo. La familia Bibo no se arredró ante este intento de perjudicarla. Simón Bibo se dirigió a la Secretaria de Asuntos Indígenas en Washington afirmando que los propósitos de su hermano Salomón “con los indios eran de las mejores intenciones y beneficiosas para ellos – porque los hombres, las mujeres y los niños lo aman como un padre y él los ama de la misma manera”.
En 1888, convencido finalmente de que Bibo había actuado honorablemente, el agente indio de Nueva México escribió, “a la gente del pueblo de Acoma, confiando en la capacidad, la integridad y la fidelidad de Salomón Bibo… Lo designo por este medio gobernador de este pueblo”.
En 1885, Salomón se casó con una mujer de la tribu de los Acoma, Juana Valle, nieta del anterior gobernador del pueblo de los Acoma. Juana era católica pero se convirtió al judaísmo y educó a sus hijos como judíos. En 1898, Salomón y Juana procurando brindar a sus hijos educación judía se mudaron a San Francisco, donde él hizo inversiones en propiedades inmobiliarias y abrió una tienda de alimentos muy refinados. Su hijo mayor hizo su bar mitzva en la Sinagoga de San Francisco, Ohabei Shalom, y el menor asistió a una escuela religiosa del Templo Emanuel. Salomón Bibo murió en 1934 y Juana en 1941. Salomón Bibo, el que había sido gobernador de los Acomas, el único jefe indio judío conocido como tal en Estados Unidos, fue enterrado con su princesa india en el cementerio judío de Colma, California.
Algunos de los descendientes de la familia retornaron años más tarde a Nueva México y muchos de los descendientes de Salomón Bibo y sus hermanos, todavía continúan viviendo allí.
La pequeña ciudad de Bibo, Nueva México, cerca de Paguate, sobre la Reservación Laguna, fue nombrada así en homenajes a Simón, el hermano de Salomón. Miembros de la familia de su mujer continúan viviendo en Acoma, recordando las historias que han oído acerca de la tía que se casó con un comerciante judío que vino de Europa y se convirtió en gobernador. Judíos, hispanos e indios todos llevan el nombre Bibo, descendientes del único judío pionero en ese lugar que llegó a un cargo tan alto.
Fuente: www.itongadol.com.ar