//Tamy F. Shueke

El reloj marca las 9:40 horas de un jueves cualquiera.

Los jóvenes alumnos de 6º de primaria se preparan para comenzar la sesión. Sacan sus iPads y Knbooks, abren el ecosistema digital y buscan la ruta que toca – que esta hora es para Global Pathway. La coach saluda y, acto seguido, apunta en el pizarrón el fin en la mente de esa lección y el plan de clase a seguir, ambos puntos piezas clave para que los estudiantes sepan hacia dónde estará su atención hoy. Justo después, proyecta con su iPad la sesión del día, con material auténtico y muy actual. Los jóvenes se mueven, trabajan de forma colaborativa, hacen ruido, investigan y proponen – todo con tal de presentar su producto que resolverá de forma exitosa el reto presentado al principio del mes. No se ve un alumno sin trabajar – sencillamente ya no hay tiempo para no hacerlo – y quien no aporte en el equipo de trabajo se quedará atrás.

Suena utópico, ¿cierto? Quizá algo tomado de los escritos futuristas de Isaac Asimov o Ray Bradbury.  Sin embargo, esta escena es la realidad que se vive en la Escuela Yavne día con día, no solo el jueves a las 9:40 horas. Ya en su segundo año de implementación, el ecosistema Knotion ha revolucionado la forma en que se aprende en la Yavne. 

A todo esto, ¿qué es Knotion? El ecosistema digital Knotion es una forma de aprendizaje integrado donde el saber, el saber hacer y el ser se unen para formar seres humanos íntegros, de acuerdo con los valores judaicos y universales que se viven en la escuela. Se trabaja para desarrollar competencias fundamentales del siglo XXI – la comunicación, innovación, pensamiento crítico y solución de problemas, información y lectura mediática, responsabilidad digital, colaboración, liderazgo y desarrollo de proyectos, empoderamiento personal y social. Esto va de la mano con los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la agenda 2030 que permean encada uno de los ocho retos de Global Knotion.

Knotion apuesta por el aprendizaje basado en retos transdisciplinares (como ya lo trabajan en las mejores instituciones de educación superior a nivel nacional e internacional), siguiendo el modelo pedagógico IMPAct Learning model, donde primero los alumnos identifican, mapean, proponen y, finalmente, actúan para mejorar su comunidad y su entorno.

Por esto, el rol del profesor cambia: de ser el centro de toda información, ahora es coach – guía que acompañan a los alumnos a resolver el reto y así hacer que el aprendizaje sea significativo y relevante.  Así también cambia el papel del aula. De ser un lugar cerrado, de cuatro paredes, ventanas y una puerta, ahora se vuelve un espacio abierto, donde caen los muros para permitir a los jóvenes acceder a lugares remotos, sin importar el tiempo, para mejorar así la experiencia al aprender. Esto motiva a los alumnos a experimentar, a vivir el aprendizaje, a crear y, sobre todo, a convertirse en ciudadanos globales, listos para enfrentar los retos que presenta la sociedad hoy en día. 

Así se vive un día cualquiera en la Yavne. Es vivir día con día la educación del siglo XXI a toda marcha. Es saber que los alumnos Yavne cuentan ya con las mejores herramientas para poder transformar su comunidad, su país, su mundo, en un lugar mucho mejor que el que recibieron. Es reconocer que la Yavne es una escuela de vanguardia, donde cada alumno desarrolla todo su potencial para conseguir todas sus metas – y es estar orgullosa de ser parte de este proceso ya por dos años.

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