
Ante este encierro obligado no encontraba ninguna posibilidad de salir de casa sin temor a contagiarme,
hasta que hurgando en el Face del Dépor, vi un anuncio de T-Poz que invitaba a ir con nuestras mascotas el primer día de cada mes y todos los jueves. Entonces, seguí las instrucciones y aparté el lugar en la App CDI, y todo estaba listo para que el siguiente domingo visitar un lugar fuera de la Ciudad de México, porque hace mucho que no veo a distancia colinas, ni verde, y se me ha olvidado un poco el olor de la hierba y el campo. El domingo estaba lluvioso y con mucha tristeza pensé que mis planes de pasar mi día de campo se verían imposibilitados por el clima, sin embargo, era tanta mi necesidad de salir de casa, que preparamos unas botanas, sándwiches y verduras con chile y limón. Nos subimos al coche. Fue sorprendente que en menos de una hora pudimos cambiar del ambiente citadino a un verdadero paraíso y todo esto incluido en mi cuota del CDI, ¡es increíble! Desde que llegamos la recepción muy organizada, tenían lista nuestra palapa, así comenzaron a llegar otras familias a las que les fueron asignados sus propios espacios para cuidar la sana distancia y que cada quien se mantuviera en su propia área familiar. Después nos subimos a las lanchas del Lago, todo previamente sanitizado y con el uso de cubrebocas para garantizar que las siguientes personas que se subiesen no tengan ningún riesgo de contagio. Así también las mesas y los asadores se encuentran totalmente limpios y desinfectados. Personalmente no creía lo bien que la estábamos pasando y ni se diga mi perrita, creo que se contagió de la felicidad de toda la familia de vernos caminar libremente, respirar aire puro y saber que uno es parte de esta Institución sinigual, que da acceso a estos servicios y a este lugar tan privilegiado que es el Club Campestre T-Poz. ¡Felicidades a quienes lo cuidan con tanto entusiasmo y entrega!
