
El viaje a Veracruz de Buceo con Causa fue una serie de increíbles experiencias
dentro y fuera del agua.
Me gusta pensar que el buceo es parecido a lo que hacen los astronautas. En ambos casos se trata de viajar a otra realidad saliendo de la Tierra, es necesario usar equipo especializado para sobrevivir en esos ambientes, y lo más interesante es que tanto en el espacio como en el océano el ritmo es más lento y silencioso, casi onírico.
El sábado por la mañana zarpamos del Puerto de Veracruz para aprovechar las excelentes condiciones para el buceo que nos ofrecía el océano. La primera inmersión consistió en visitar la zona de Cabomex; una montaña subacuática que nos ofrecía un enorme abanico de especies marinas que nos sorprendieron enormemente.
Fue allí donde pudimos presenciar como Paco, nuestro guía de buceo, cazó hábilmente a un pez león con un arpón. El pez león es una plaga que acaba con otras especies locales, por lo que el Gobierno de Veracruz ha puesto en marcha un programa de reporte y caza para poder controlar la población.
Ese mismo día también visitamos Isla Verde, especialmente la zona de catedrales, una barrera de coral con formaciones altas parecidas a las torres de las catedrales, de donde obtiene su nombre.
Gracias a todos estos corales existen muchas especies de peces, moluscos y crustáceos que ayudan a que haya más vida en el puerto.
Después de las inmersiones caminamos por el malecón del puerto para poder visitar el Monumento al Inmigrante Judío. La obra es sencilla, pero llena de significado, donde se usó el contraste del negro y blanco, la luz del sol y la sombra para mostrar los dos lados de la misma moneda, donde el judío vive dentro de México y de su propio judaísmo.
Por la noche del sábado fuimos a la casa de Miguel, líder de la asociación Oceanus, pioneros en la conservación y restauración de los corales, allí, junto con su equipo de voluntarios y el grupo de Buceo con Causa se construyeron cerca de diez estructuras o armazones de PVC donde se montaran las colonias de coral, de la especie Acropora Palmata, que ayudarán a regenerar el arrecife de Veracruz.
Fue una experiencia increíble, donde pudimos ver físicamente el esfuerzo de esta organización, y como es que con materiales resistentes y baratos es posible ayudar al medio ambiente trabajando en equipo.
El domingo se hicieron dos inmersiones con snorkel donde pudimos ver con detalle las distintas poblaciones de coral que se han puesto gracias a la asociación Oceanus. Gracias a la poca profundidad de la zona pudimos estar cerca y ver con detalle como la zona está a rebosar de vida de distintas formas, como corales de otras especies, bancos de peces como el pez loro e incluso grandes números de erizos de mar.
Este viaje es algo que te cambia la vida, y nos demuestra las grandes maravillas que nuestro planeta tiene para ofrecer, si es que nos dedicamos a cuidarlo y a protegerlo.
Por último me gustaría agradecer al increíble equipo con el que pude participar en Veracruz, compuesto por Joe Amkie, Margot Duek y Morley Weizer. Todos ellos grandes personas, buenos amigos y excelentes buzos.
