Como sigo con una vena filosófica de orador de pueblo en este principio de año tan incierto y convulso, recientemente escribí sobre una lacra mundial que es la ignorancia que provoca conflictos, matanzas y la falta de comunicación y dialogo.
Ahora me enfoco a las empresas familiares, entes dinámicos, en constante movimiento, altas y bajas y que van cambiando a través de los ciclos de vida de la familia dueña y del desarrollo de la comunidad, país y mundo que las rodea.
Aunque ya lo he expresado en muchas ocasiones, los negocios de familias tienen virtudes innegables, además de proveer de sustento y mejores niveles de vida a sus integrantes y empleados. Son un factor de estabilidad en la comunidad, fomentan el arraigo y cuidado de los pueblos y ciudades donde quieren permanecer para no tener que emigrar a lo desconocido por causa ajenas a su voluntad. También la toma de decisiones está, en muchos casos, basada en el largo plazo, la permanencia de la familia y sus sucesores en la zona y actividades que han hecho sus ancestros y el orgullo de pertenecer a varias generaciones reconocidas en la sociedad por su esfuerzo, honestidad y, muchas veces, sus actos de filantropía. Estas y otras virtudes que ustedes conocen me hacen ser optimista, a pesar de los problemas actuales de que estas instituciones van a seguir luchando y progresando para bien de todos.
Y también hay carencias y pecados en estos organismos creados por seres humanos, que tienen fallas y errores importantes como son:
En las empresas familiares hay otro tipo de ignorancia que es el de creer en la inmortalidad del patriarca-matriarca, de que el futuro del negocio está asegurado permanentemente y que no necesitan los herederos más que poner la mano cada mes para recibir dinero sin hacer nada, por el derecho que les confiere su genética. Y hay un insidioso problema que es el de creer que la empresa familiar no debe cambiar ni adaptarse a los cambios revolucionarios de este siglo ya que como lo hacía mi abuelo o mi papá funcionaba siempre. Esa ignorancia (o ceguera) es peligrosa porque les aseguro que el entorno para muchos negocios es muy complicado y se va a poner peor para los emprendedores y sucesores tradicionales que no se adapten y pongan reglas y estructuras de gobernabilidad en sus familias y empresas.
La inclusión de México como un socio confiable y necesario para el mercado de América del Norte, tiene también sus lados complejos de una competencia intensa, regulaciones cada vez más estrictas y la tecnología informática que ya nos cobija a todos, con sus múltiples ventajas… y riesgos. Las autoridades deben de hacer su trabajo con fines sociales de bienestar y apoyo a los negocios familiares descuidados pero básicos.
En fin, aunque soy optimista, como debemos ser los emprendedores, confieso que hay épocas donde las noticias y los actos de fanatismo de ignorantes en todo el mundo me desilusionan. ¡Ojalá esta racha de violencia y monólogos polarizantes se acabe y busquemos negociar y ser tolerantes para reducir sustancialmente al enemigo número uno de la sociedad que es ¡la ignorancia!
Escriban y reúnanse para definir el camino a seguir en este año planear estrategias y controlar sus negocios profesionalmente y espero que logren sus objetivos. Son buenos deseos.
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/ /Salo Grabinsky