- CDI
- ÁREAS DE INTERÉS
- Academias
- Juventud
- Beyajad
- FIT 00
- Galería Pedro Gerson y Terraza Kikar
- Auditorio Marcos y Adina Katz
- Biblioteca Moisés y Basi Mischne
- Ludoteca
- Fiestas Infantiles
- Jardín Weizmann
- AL-HA ESH, El Entrerriano
- Salón para Bodas y Banquetes
- Anúnciate en el CDI
- Enfermería
- Banca Mifel
- Salón de Belleza y Peluquería
- Restaurante
- Zona de alimentos
- SEDES
- EVENTOS ESPECIALES
- INSCRIPCIONES
- BENEFICIOS
- PUBLICACIONES
- BIBLIOTECA
Lo más reciente
Suscribete para recibir Newsletter
Recibe las últimas noticias en tu correo
Viviendo el infierno
Título del trabajo: Viviendo el infierno
Categoría: preparatoria
Seudónimo: Tail
Puszcza Kampinos (Bosque de Kampinos), cerca de Varsovia, Polonia (20 de septiembre, 1941)
Estamos escondidas debajo de la cama, no sé cuánto tiempo llevamos aquí. Papá y mis dos hermanos, Yosef y Daniel, están arriba hablando con dos soldados nazis que se acercaron a la cabaña a buscar algo sospechoso, no estoy segura de qué está pasando, pero estoy asustada. Escucho un golpe y la puerta se cierra.
Papá viene a buscarnos a mamá y a mí, me sorprendo al verlo con un moretón en la cara y lo abrazó. Yosef y Daniel nos explican que los nazis llegaron a buscar cosas sospechosas y a pedir nuestra documentación. Papá les enseñó las identificaciones falsas donde dice que somos polacos cristianos, pero al soldado no le convenció mucho. Como no encontraron nada, se alteraron, empezaron a gritar y le pegaron un puñetazo a papá. Él me mira con esa mirada tierna que siempre me da tranquilidad y me dice que no me preocupe, que está bien.
Desde anoche todo ha cambiado, pensamos que estábamos seguros y que nadie sabía de nuestro escondite, ya que la cabaña se encuentra en un bosque muy poco habitado y rara vez hay gente alrededor. Pero nos hemos dado cuenta de que no, que no estamos seguros y que tenemos que movernos de escondite.
Puszcza Kampinos (Bosque de Kampinos), cerca de Varsovia, Polonia (26 de septiembre, 1941)
Papá nos está contando que ha ido a la aldea de Granica a visitar a su viejo amigo polaco Stanislaw. Le ha preguntado si nos podemos quedar en su granero por un tiempo por lo sucedido. Stanislaw se lo ha pensado mucho tiempo ya que si alguien se da cuenta de que tiene judíos escondidos, lo pueden matar a él y a nosotros mismos, pero después de pensarlo ha aceptado.
Nos iremos en una semana de acá. Debemos preparar las cosas lo antes posible. Papá nos dice que debemos tomar en cuenta que son tres kilómetros, así no podemos llevarse todo, solo lo esencial.
Aldea de Granica, cerca de Varsovia, Polonia (3 de octubre de 1941)
Llegamos ayer por la noche. En el momento que entramos en la granja Stanislaw nos advirtió que no podíamos salir ni asomarnos a la ventana a menos que sean pasadas las 11 de la noche. Fue un día agotador, caminar tres kilómetros evitando que la gente nos viera, en pleno frío con los pies congelados y con todas nuestras pertenencias en la espalda.
Aldea de Granica, cerca de Varsovia, Polonia (15 de enero de 1942)
Escucho voces fuertes gritando afuera, mamá me susurra.
-Toba, Toba no hagas ruido, intenta esconderte entre el heno. Unos vecinos de Stanislaw nos vieron y llamaron a la Gestapo.
– Mamá, estoy asustada -le digo.
– No te preocupes, mi niña; Stanislaw está distrayendo a la policía para que no nos encuentren.
Pero lo hacen. La Gestapo nos sacó a la fuerza del granero, estoy completamente desconcertada, en mis 12 años de vida nunca había visto a papá tan asustado como ahora. Hay gente alrededor de la granja gritando como si les hiciera feliz nuestro sufrimiento. Nos suben a unas camionetas, siento la cálida palma de mamá junto a la mía y la abrazo con todas mis fuerzas para encontrar un poco de consuelo en sus brazos. Escucho a Yosef hablando con Daniel a susurros, no entiendo bien de qué hablan, pero escucho que Daniel le dice: “¿Yosef qué está pasando? No entiendo nada”. Yosef le dice que tal vez nos lleven a un campo de concentración, pero si nos mantenemos todos juntos no nos ocurrirá nada. Me quedo plácidamente dormida entre los brazos de mamá tratando de olvidar el miedo y la ansiedad que estoy pasando en este momento.
Pawiak (Więzienie Pawiak), Varsovia, Polonia (16 de enero de 1942)
Después de 40 kilómetros en el camión veo una resplandeciente luz entrando por la puerta del camión, me ciega la iluminación. Me sacan por la fuerza, jalándome del brazo izquierdo. Papá me ayuda a ponerme de pie y nos llevan a unas prisiones donde no hay camas ni sábanas para dormir y tampoco hay baños, solo una cubeta.
De camino a Majdanek, Varsovia, Polonia (21 de enero de 1942)
Llevo junto a mi familia y 80 personas más de 8 horas en un tren de carga donde no tenemos espacio para sentarnos. El olor es horrible, no hay ventilación, ni donde hacer nuestras necesidades. Después de una semana en Pawiak donde el frío y el hambre eran insoportables, siento que no tengo fuerza ni para estar de pie, tengo miedo de saber a dónde vamos, porque después de todo lo que ha pasado estos últimos meses, no puedo tener un poco de esperanza. aunque nos hayan dicho que nos van a llevar a un lugar para trabajar y mamá tenga fe, yo tengo un mal presentimiento, ya que he escuchado historias de gente que se las llevaban en trenes así y nunca volvían.
Campo de concentración y exterminio Majdanek, Lublin, Polonia (22 de enero de 1942)
Estoy asustada, llegué al lugar más terrible donde he estado. Hay soldados gritando un idioma que no entiendo, perros que ladran transmitiendo terror. Huele a carne quemada y está todo lleno de cenizas, solo se ve sufrimiento y destrucción. Nos piden que todos nos quitemos la ropa. No me siento nada cómoda haciendo esto, no me quiero quitar la ropa. Escucho a mamá decir que por favor haga caso a todo lo que me digan si no quiero que me maten. Asiento levemente con la cabeza y me empiezo a desnudar.
Separan a las mujeres de los hombres, me despido de mis hermanos sin entender bien lo que sucede y por último me despido de papá sin saber que será mi última vez con él. Escuchó a papá decirle a mamá:
-Golda, amor mío pase lo que pase aquí, sabes que siempre te querré y serás lo más preciado para mí.
-Hersh, querido te quiero con todo mi corazón – dice mamá llorando.
Al entrar, nos quitan nuestras pertenencias, nos dan un uniforme rayado y unos zapatos de madera.
Campo de concentración y exterminio Majdanek, Lublin, Polonia (01 de enero de 1944)
Llevo casi dos años en este infierno. El frío es inaguantable. Mamá, al igual que todos los demás que estamos aquí, está esquelética, ya que sólo nos dan una sopa aguada con piel de papa. Trabajar tantas horas y tan forzadamente es agotador y, aunque extraño a papá, a Daniel y a Yosef, siempre agradezco que tengo a mamá junto a mí, a mi lado.
Campo de concentración y exterminio Majdanek, Lublin, Polonia (23 de julio de 1944)
Es el día más feliz que he vivido jamás. Estoy junto a mamá saliendo con vida por las puertas del lugar donde pensé que moriría.
Brooklyn, Estados Unidos (23 de julio de 2023)
Abuela, ¿qué pasó con tu papá? Miro a mis hermanos, una lágrima cae por mi rostro y le sonrío a mi nieto Hersh con dulzura…

