Nació en la Ciudad de México. Su padre huyó del Holocausto y arribó a esta ciudad desde Polonia, vía Cuba, en los años cincuenta.

Estudió el kínder y toda la primaria en el Nuevo Colegio Israelita de México, tiene muy buenos recuerdos de estos años puesto que fueron donde se formó. Recuerda con mucho cariño a la Lererke Rivke Golomb y a su esposo el Lerer Abraham Golomb, ellos le enseñaron a cultivar la tierra y a cuidar a los animales pues tenían en la parte de atrás de la escuela unas parcelas para cultivar rábanos como cebollas; además, tenían que cuidar conejitos. Esto le acercó mucho para apreciar otro tipo de vida, él tenía apenas 6 años, después tuvieron talleres de carpintería y taller de construcción de aparatos eléctricos.

Posteriormente, fue a la secundaria en el Colegio Hebreo Tarbut, ahí también aprendió mucho y tuvo más acercamiento con el idioma hebreo y por supuesto con Israel. En estos años creció mucho a nivel deportivo, intelectual y social, lo que le trajo mucha esperanza para el futuro. La preparatoria la realizó en la Prepa 4 de la UNAM.

Cuando terminó el bachillerato decidió ir un año a Israel. Allá comenzó en el kibutz Ein Gev, donde permaneció varios meses, hasta que decidió irse a un Ulpan, ahí estuvo también varios más. Durante ese tiempo convivió mucho con rusos y con latinos, árabes e israelíes; por supuesto que, aprendió mucho, y esto marcó su camino para regresar a México donde comenzó a estudiar Arte en la Escuela de Diseño y Arte de Bellas Artes.

Estudió tres años en esta es- cuela y posteriormente solicitó una beca en la embajada de Italia para ir a Florencia a estudiar en la Academia delle Belle Arti di Fi- renze. Su estancia en esa ciudad, cuna del Renacimiento y cuna de los artistas más importantes de este planeta como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Boticelli, Filipo Lipi, entre otros, le dio la oportunidad, más de cerca, a la creación. Lo acercó al genio puro y nato de estos seres humanos que tocaron puntos de la creatividad casi divinos, esto creo en él una fuerza excepcional para creer en el arte, en la historia de la humanidad para creer en la fuerza del ser humano y su destino en este Universo. Eso le permitió acercarse al pensamiento antiguo y a la vez al pensamiento moderno para así crearse un criterio personal que ha llevado durante toda su vida, en palabras sabias: “Esto es creer en mí mismo y de ahí partir para producir mi propio arte, mis propias ideas”.

Al terminar su estadía en Europa, regresó a México y comenzó a enseñar su trabajo en diferentes lugares. Preparó un trabajo que se llamó Frente a frente, el cual presentó en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, posteriormente trabajó para muchas exposiciones colectivas en diferentes museos y galerías con invitaciones tanto de la crítica de Arte Mexicano, Teresa del Conde, como del crítico mexicano Jorge Alberto Manrique. Después realizó un mural para el Edificio Corporativo Forum de la Ciudad de México, el cual fue reseñado por la afamada crítica Raquel Tibol, al término de este fue contratado para realizar cinco litografías en la ciudad de Barcelona, España, permaneciendo ahí un año, esto le permitió conocer la obra del gran arquitecto catalán Antoni Gaudi.

Más adelante fue contratado para realizar la entrada del Museo de Arte Moderno Tokoro, en Japón. Esta gran oportunidad le abrió el camino para conocer otro mundo completamente ajeno a lo que él ya conocía y con esto descubrió que su trabajo se podía adaptar a la arquitectura y comenzó a realizar más escultura.

Después de esto fue contratado para realizar una escultura para la entrada del Jardín escultórico del Museo de Arte Latinoamericano de Long Beach, y también expuso en galerías como la Mizrahi de la Ciudad de México, López Quiroga, Frederic Snitzer de la ciudad de Miami y otras tanto en Nueva York, Pittsburg, San Diego y realizó diversos proyectos en España como en México.

En la actualidad, se encuentra preparando nuevas ideas y planeando desarrollar diversos proyectos en maquetas para posteriormente convertirlos en esculturas. Su gran pasión por el arte nace de la necesidad de comunicarse con los demás, de retomar con ironía ideas que lo lleven a ser cada vez mejor ser humano. Así como de divertirse en este mundo que se ha vuelto lleno de miedos y de desesperanza. Anhela que su trabajo aporte algo ya sea a un niño, a un joven o a un adulto, que le hagan ver que aún existen otras formas de ver la vida, otras formas de vivir. Y, para concluir, quisiera mencionar un proyecto que tocó lo más profundo de su ser y es que fue elegido por el Gobierno de México y el Comité Central de la Comunidad Judía de México para realizar el primer timbre Los primeros 100 años de los judíos en México. Este timbre representa la simbiosis que siempre ha existido entre el pueblo judío y el pueblo de México a través de la Menorá.

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