In-sane-mind

Título: In-sane-mind
Categoría: Secundaria
Seudónimo: Chok Balabarovich

Capítulo 1 – ¿Un mundo nuevo o más viejo que el tiempo?

En un mundo muerto y extraño, lleno de caos y sin un alma a la vista, hay un edificio al final de la calle; en el sótano más oscuro y roto de este lugar, estaba nuestro protagonista, Desmond, quien despierta en este mundo extraño sin memoria ni recuerdos “¿Dó…dó…dónde estoy…? ¿Esto es el infierno…? ¿Acaso mo…morí…?”. Se pregunta Desmond con miedo, estaba desconcertado y aterrado por este extraño lugar, desconocido para él, pero a la vez muy familiar.

Nuestro protagonista camina por este oscuro lugar, mirando a su alrededor con miedo y confusión, pasa por un pasillo en el que hay letreros en las puertas “Lavandería”, “Archivo”, “Escaleras”, etc., hasta que al fondo llega a un elevador; este es viejo y apenas parece sostenerse, sería útil, pero no funcionaba.

“¿Qué se supone que haga ahora?”, piensa Desmond mientras con su limitado conocimiento de ingeniería encuentra el problema: “Claro, pero si le falta un fusible, tal vez haya alguno en la lavandería”, piensa él, empezando a calmarse un poco en este extraño lugar.

Va al sitio y encuentra justo el fusil que necesita en una de las múltiples máquinas que se encuentran en ese lugar. Sonríe confiado hasta que, de la esquinita, entre el polvo, escombros y la oscuridad, observa una leve luz; se acerca lentamente, ignorando los insectos y la suciedad: “Una linterna parpadeante, justo lo que necesitaba”.

La apaga y enciende hasta que la luz se mantiene, pero tiene un indicador de batería… y le queda menos de la mitad. Apenas sale del sitio, ve una nota que no había notado por la falta de iluminación: “Un largo tiempo he esperado por este momento: el héroe Desmond Whales ahora ha venido a mi guarida, que pena que tu historia termine tan pronto, mejor acomódate en alguna banca porque cosas malas pasan en el momento en el que subas por ese elevador”.

Nuestro protagonista tiembla de miedo al leer esta nota “¿Qué? ¿De qué está hablando? ¡¿Quién está ahí?!”, gritó con miedo.

 

 

Capítulo 2 – Un lugar familiar con caras nuevas.

Finalmente, nuestro protagonista se anima a subir por el elevador, al darse cuenta de que faltaba el botón para el primer piso, presiona el botón para el segundo piso y espera pacientemente. Al llegar es un pasillo vacío, solo había pinturas que parecían cambiarse de lugar cada vez que volteaba; puertas viejas y desconocidas, hasta que llegó a un lugar conocido y piensa: “espera… eso es… ¿mi oficina?”.

Entra a este lugar solo para verlo justo como lo dejó, excepto por un gato blanco que parece un espejismo. “¿Quién es esta bola de pelos?”, piensa Desmond calmándose un poco mientras una sonrisa aparece en su rostro, se pone en cuclillas y al acariciar al “gato” escucha: “Mi nombre es Queen, aunque creo que ya lo sabías”.

Desmond da un salto: “¿¡Cómo…? Los gatos no hablan ¿me estoy volviendo loco…!? Ssssí, ¡me estoy volviendo loco!”, dice él con miedo y confusión contemplando a la criatura. “Calma Desmond, no estás loco, solo no estás en el lugar que recuerdas, o tal vez sí, yo que sabré”, responde el gato mientras salta al escritorio y lee la placa que estaba ahí: “Doctor Desmond Whales… quien cree que se vuelve loco, que ironía”, dice el animal mientras jala con su cola una cinta VHS. “Ahora supongo que tu mejor oportunidad de recordar es esto”, dice antes de desaparecer en el aire, dejando la cinta frente a Desmond.

Capítulo 3 – Un golpe físico a la mente.

Desconcertado y confundido, Desmond toma la cinta y se dirige a un librero con gavetas donde sabe que al correr una puerta encontrará un reproductor y un pequeño televisor. Lo enciende y se pregunta: “¿Qué debería hacer? ¿De verdad hay algo en esta cinta?”, las dudas llenan su cabeza mientras pone la cinta en el aparato y en el momento en el que presiona “play” todo el lugar tiembla, el audio parece rodearlo mientras ni siquiera sabe a dónde mirar “Desmond Whales aquí… grabo esto con miedo, pero… fascinación… mis pacientes caen como moscas, y en una gran ironía, yo me estoy volviendo loco, ja, ¿será este mi final?… quien sabe… tal vez solo estoy empezando “de nuevo” en un nuevo mundo que no existe”, en medio de todo el caos y su propia voz recordándole su vida, logra ver a un ser que parece tener puesta una piel tan grande que no le queda, un traje amarillo y un sombrero del mismo color.

“Que empiece el juego” dice el enigmático ser antes de desaparecer en el aire; finalmente la cinta termina, dejando el lugar desordenado y a nuestro protagonista con más preguntas que respuestas. Desmond apenas se podía mantener de pie mientras miraba alrededor, confundido y a punto de entrar en pánico. Al mirar al escritorio ve el botón que le faltaba al elevador. Mira la puerta, dispuesto a encontrar que estaba escondiéndose en este extraño mundo. Se dirige al elevador, instala el botón faltante y lo presiona… “¿Qué misterio habrá?”, se dice a sí mismo mientras el elevador comienza el descenso y su lámpara se apaga.

Capítulo 4 – El alma de…

Llega al primer piso, al mirar alrededor apenas puede ver por lo oscuro que está. Le da unos cuantos golpes a la linterna para que encienda y camina por un pasillo oscuro.

Al final hay una puerta que brillaba de un color que no puede describir… solo lo relaciona con el color de un “arcoíris”. Al entrar se encuentra en su sala de terapias y ve 4 folders sobre una estantería. Desmond toma uno y lo examina, de inmediato recuerda a su primera paciente: Virginia Ruhi, quien tenía miedo a ser juzgada y, como no se aceptaba a sí misma porque pensaba que era fea, intentó terminar varias veces con su propia vida.

Toma otro folder y de inmediato ve el nombre del paciente: Max Nigaard, quien tenía serios problemas de ira que no podía controlar después de que le quitaron la custodia de su hija, lo cual le provocaba ataques de ira que le hicieron chocar su vehículo contra un edificio.

Desmond nota un brillo púrpura que sale por debajo de una puerta que llevaba a un clóset. Se acerca, la abre y la luz se intensifica. Ahora se encuentra en un viejo supermercado, donde sollozos de una mujer lo hacen estremecerse, ¿acaso no estaba solo en tan extraño lugar?

“Ey, no se quién seas, pero ¿necesitas ayuda?”, dice Desmond, los sollozos se detienen de golpe mientras unos ojos morados lo miran desde las sombras, antes de ser cubiertos por una máscara de porcelana: “¡No me mires!”, grita la figura mientras se acerca rápidamente, soltando gritos desgarradores que hacen retumbar los tímpanos de nuestro protagonista, quien se aleja corriendo.

Capítulo 5 – La mirada.

Desmond corre por su vida mientras apenas esquiva los ataques que le lanzan, cada ataque viene con un grito: “¡Mira lo que me has hecho! ¡No sirves para nada!”, en una vuelta Desmond se encuentra en un callejón, busca escapar de alguna forma, pero todo lo que hay en ese lugar es un gran espejo de baño. Escondiéndose detrás hasta que escucha un terrible alarido y un gran estruendo. El ser rompe el espejo y sale huyendo.

Desmond deduce: “Ella no puede tolerar verse a sí misma… ¡Necesito encontrar más espejos!”, y sale corriendo nuevamente.

Los sollozos regresan y Desmond los sigue, encontrándose de nuevo con ese ser: “¡Ey, por aquí!” dice Desmond antes de correr. El ser flota rápidamente mientras Desmond huye, encuentra un segundo espejo y lo coloca en una esquina para que el fantasma se estrelle nuevamente, pero, esta vez, un pedazo de su máscara cae al suelo. Él la toma y la mira, notando una extraña energía antes de poner el fragmento en su bolsillo.

Logra hacer esto 5 veces más, haciendo que el ser se tope con los espejos y se debilite cada vez más; en cada ocasión encuentra otro pedazo de esta máscara, hasta que la encuentra en una esquina y lo único que cubre su rostro es su propia mano. Llora débil y muy tristemente. Desmond se acerca una vez más, pero se aleja de él levemente, sollozando: “Déjame sola… soy horrenda…”.

Desmond se acerca a ella y la reconoce. Le quita las manos de la cara, mirándola con una sonrisa tranquila y tratando de que ella entienda que él no la va a discriminar: “Ey, sé que sufres… pero aquí estoy para apoyarte Virginia… puedes descansar en paz…”

Virginia Ruhi es quien lo ha estado persiguiendo por todo el lugar, finalmente suelta un último suspiro y desaparece, dejando en su lugar una puerta, negra como la noche.

Capítulo 6 – El toro.

Desmond duda, pero a la vez comienza a sentir curiosidad, por lo que abre la puerta y todo se vuelve aún más oscuro que antes.

Se encuentra en una estación de trenes, pero ahora algo es diferente, siente una extraña paz, pero que es bruscamente interrumpida por una luz, y ve a un ser parado al final de un largo túnel.

Escalofríos recorren el cuerpo de Desmond y se queda sin pensamiento alguno hasta que escucha: “No eres nada… solo un ser que se cree superior haciendo que los demás se sientan inferiores”, dice el misterioso ser. Ahora nuestro protagonista siente un impulso: “No caeré en tu intimidación, solo lárgate de una vez”, responde Desmond con furia un tanto forzada, tratando de controlar su miedo sin mucho éxito.

“Muy bien”, dice el ser: “entonces te dejaré solo contra la bestia” …y desaparece, pero del mismo túnel sale disparado un gran cráneo de toro. Nuestro protagonista piensa en Max Nigaard, su paciente más peligroso, creando caos por donde pasa.

Hora de correr una vez más, pero conforme el cráneo se acercaba parecía que se quedaba sin gasolina, cansándose. Esa era la respuesta: fatigarlo hasta que su ira se calme, y así pasó: fatigó a la bestia hasta que las luces se apagaron y el motor de tal bestia dejó de rugir.

“Calma Max, una cosa a la vez y todo saldrá bien” dice Desmond con una sonrisa, pero el cráneo toma un último impulso y se lanza contra nuestro protagonista, quien logra, por suerte, esquivarlo. El ser se estrella contra un muro y se desvanece… mientras aparece otra puerta.

Capítulo 7 – Rainbow.

Al cruzar se encuentra parado, una vez más, frente a la puerta color “arcoíris”. Al abrirla se encuentra a una persona sentada en su escritorio: “Finalmente nos vemos de frente Desmond, me presento, mi nombre es Rainbow, pero la gente me conoce solo como una o varias de las voces que escucha en su cabeza”, dice con arrogancia.

Nuestro protagonista parece estar por decir “algo”, pero la persona se levita y una luz inmensa y segadora invade cada esquina de la habitación. Desmond recupera la vista y observa un chaleco y un sombrero sobre su escritorio.

Todo parece haber vuelto a la “normalidad”.

Capítulo ? – …

Desmond toma el sombrero y el chaleco. Parece reconocerlos y se los pone. Su piel se vuelve demasiado grande para él mismo y sus ojos brillan con un color desconocido. Se acerca a un espejo, se observa y, aunque no se reconoce, ahora piensa claramente… él es Rainbow.

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