Según el cómputo del 99.5 por ciento de los votos, hay un empate absoluto entre el partido Likud de Netanyahu y Kajol Lavan de Gantz, con 32 escaños cada uno.
Pero lo determinante son los bloques: la derecha 56 y el centro izquierda 55.
Esto, dejando a Avigdor Liberman como un sector aparte, con nueve escaños. No es casualidad que se lo esté llamando desde hace tiempo hacedor de reyes.
En una situación en la que nadie tiene 61, o sea la mitad más uno de la Knesset, Liberman será determinante y ya ha dicho que la única opción que considera es unidad nacional con el Likud y Kajol Lavan. De hecho, para unidad, bastaría con los dos grandes, sin él, pero no parece factible. Ningún bloque puede armar gobierno solo con sus aliados naturales.
Liberman ya criticó que el martes de noche, en su discurso de resumen de la jornada – aunque aún no fue discurso de celebración forma, en espera de los resultados finales – Beni Gantz no habló explícitamente de una coalición liberal, secular, sin los ultraortodoxos. Aclaró que los partidos ultraortodoxos, no son sus enemigos sino adversarios políticos. No descarta compartir con ellos una coalición, siempre y cuando acepten las condiciones que él ya ha planteado, pero dejó en claro que no aceptará sumarse a un gobierno estrecho de la derecha y los ultraortodoxos. Su única opcion es la unidad nacional.
Uno de los elementos que complican esta opción es que por ahora, Kajol Lavan se mantiene firme en su declarada posición que no se sentará con Netanyahu, por la sombra de las sospechas de corrupción. Con el Likud sí, pero no con Netanyahu. Por su parte, el Likud recalca, por el momento al menos, que sigue unido con Netanyahu al frente, ya que es su líder, electo democráticamente. Es más: según declaraciones este miércoles de mañana de diputados del Likud, no irán a una unidad nacional sólo con Kajol Lavan y Liberman, sino que un gobierno de unidad debería incluir también a sus aliados naturales, Yemina y los ultraortodoxos.
El tercer partido es la Lista Conjunta, unión de cuatro listas árabes, que subió a doce escaños de los diez que tenían en total todos los partidos que la componían, aunque estaban separados en el parlamento saliente. Podrían apoyar desde afuera una coalición encabezada por Gantz, para bloquear a Netanyahu, pero no se sumarán a ella. Seguro que no con Liberman, que tampoco acepta a la Lista Conjunta. El Dr. Ahmed Tibi, jefe de uno de los cuatro partidos que componen la Lista Conjunta, dijo que Gantz aún no se ha comunicado con ellos, pero no descartó recomendarlo ante el Presidente Rivlin para que sea él quien forme gobierno, aunque ya dijo que no serán parte de la coalición.
Los partidos haredim, ultraortodoxos, aumentaron su presencia parlamentaria en un escaño: nueve escaños para el partido SHAS (Sefaradíes Guardianes de la Torá) y ocho de Yahadut HaTora, o sea el Judaísmo Unificado de la Torá. En su análisis estrecho, SHAS puede festejar que subió, pero con el cuadro general, en el que parece muy probable que no estén en el gobierno, la situación se torna más problemática.
La izquierda no ha desaparecido, contrariamente a lo que algunos estimaban. El Laborismo (Avoda-Gesher) mantiene sus seis escaños y la Unión Democrática (Meretz) aumentó de cuatro a cinco. Ambos partidos ya proclamaron durante la campaña, que recomendarán al Presidente encomendar a Gantz la formación del gobierno. Pero cabe esperar y ver si apoyarían una coalición con Liberman, al que consideran extremista de derecha.
Todo esto, recordemos, según el escrutinio del 92 por ciento de los votos, extraoficial, transmitido por la radio pública israelí, de boca de su cronista en la Comisión Electoral Central.
Fuente: Semanario Hebreo Jai