El Gobierno acordó reducir el trabajo presencial en edificios gubernamentales y en todo el sector público al 50% ante el aumento de los casos de COVID-19.
«Los directores generales de los ministerios y gerentes de unidades subsidiarias podrán aprobar, según sea necesario, una mayor tasa de presencia siempre que exista justificación y hayan informado a la comisión de la función pública», señaló el gobierno en un comunicado del gobierno.
La medida entrará en vigor el 26 de diciembre de 2021, hasta el 26 de enero de 2022, según la decisión adoptada por el gabinete interministerial de coronavirus, encabezado por el primer ministro, Naftali Bennett.
A principios de esta semana, Bennett instó a empresas y negocios del sector privado a permitir que sus empleados trabajen desde casa tanto como sea posible.
La decisión viene cuando Israel se adentra en la quinta ola de la pandemia tras haber registrado la víspera 1.306 casos de covid-19, la cifra más alta desde mediados de octubre, cuando el país salía de la cuarta ola.
Además, el Ministerio de Salud informó ayer de que ya se han identificado en Israel 170 nuevos casos con la variante ómicron, elevando el total a 341 tras duplicarse en un solo día.
Según la cartera de Salud, 234 son contagios importados del extranjero, 29 son contactos directos de los anteriores, y 66 corresponden a la propagación comunitaria. Además hay otros 807 casos sospechosos de la nueva variante, mucho más contagiosa que la delta.
Con más del 62% de la población inoculada con al menos dos dosis de Pfizer y casi un 45% con tres dosis, el foco de la campaña de vacunación está puesto en los niños de entre 5 y 11 años, que registran cifras de inoculación muy bajas (solo el 11% ha recibido al menos una dosis) a pesar de poder recibir su dosis desde hace ya un mes.
Fuente: Aurora Israel