
Qué pensarán de mí, que traiciono nuestros secretos,
que me invade un serio problema con mis hermanas, madre o abuela, todas mujeres. Para comenzar les comparto que desafortunada o afortunadamente no tuve la dicha de interaccionar con una hermana. El cigoto de mi madre en sus divisiones mitóticas, me produjo a mí, exclusiva hembra entre varios hermanos, y por eso no, conozco a las mujeres, además de mi madre, por lo tanto, me retracto para hablar de ellas. Sin embargo, la intuición me permite examinar a las que me acompañaron a lo largo de mi historia académica, quienes en un plano sustituto, conformaron el rol y con quienes me fui dando cuenta de cómo se comportan, en qué piensan, cuáles son sus sueños, sus ansiedades y sus desvelos. Primeramente les diré, que desde niñas su vida transcurría confusa, con una alta incidencia en mensajes ocultos que, por una parte manifestaban la importancia de un desarrollo independiente, pero siempre barnizado de la entera necesidad de sentirse incompletas, en el rescate por agradar a papá, como un leve experimento de mañana seguir necesitándolo con toda la parafernalia que conlleva esto, desde los aretes hasta las ideas obtusas para no parecer inteligentes, y algunas no lo eran. No obstante, todas bajo el mismo esquema, siguieron los pasos, para despertar la verdadera vocación, mas no pretendo tener la capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina. Solo y únicamente, decir que sean cuales sean los motivos de sus vidas, lo más importante en todo caso, que sean conscientes de lo que cada quien decidió para encontrar su camino, solas, acompañadas o solitariamente acompañadas. Quizás pareciera que sufro de lo mismo a lo que me refiero, pero les tengo noticias, no es así. No soy presa de nadie, para salvaguardar mi seguridad ni lo económico, ni intelectual, ni emocional, ni afectiva, pero la verdad es que me robé este escrito que parece ser que me lo dejó un fantasma y lo quise compartir.
Sin embargo, existe el amor.
“El amor es una ilusión, una historia que una construye en su mente, consciente todo el tiempo de que no es verdad, y por eso pone cuidado en no destruir la ilusión” Virginia Wolf”
//ZINA WEISMANN
