Esta disciplina otorga ventajas tanto mental como espiritualmente a todo aquel que la practica constante y correctamente.
El poder de la mente es enorme, saber controlarla es una necesidad que todos los seres humanos deben cubrir para encontrar la tranquilidad consigo mismo y con su entorno. La meditación tiene por objetivo el encontrar dentro de cada uno ese camino que nos lleve hacia la paz interior.
A veces la mente de las personas es como un mar turbulento: preocupaciones, angustias, enojos y rencores (entre mil cosas más) mueven las aguas de nuestros pensamientos, evitando que la claridad mental llegue a nosotros. Una de las mejores formas de apaciguar toda la tormenta de sentimientos e ideas que tenemos en nuestro interior es con la meditación.
El camino hacia dentro de la psique hace que las personas que practican la meditación, se encuentren más conscientes sobre sus procesos de pensamiento, evitando que estén atados a ellos, por lo que se consigue una estabilidad mental. Quien medita es capaz de evitar dejarse llevar por sus sentimientos (que no implica que no los tenga, sino que los mantiene a una distancia considerable), para poder sentir paz y tranquilidad. También el meditador podrá desarrollar su conciencia y su autocomprensión, para poder comprender lo que sucede en su mundo y lo que sucede consigo mismo.
Mientras en la mente suceden todos estos procesos, en el cuerpo también pasan distintas cosas: en tanto que el cuerpo se relaja, de tal modo que algunos especialistas consideran que es mejor que tomar una siesta. La meditación tiene un carácter analgésico, pues recientes investigaciones científicas comprueban que quienes lo han realizado por periodos de veinte minutos durante tres días seguidos, disminuyen considerablemente su sensación de dolor. También, quien ha practicado Yoga por un determinado tiempo, ha demostrado disminuir su probabilidad de padecer algún malestar cardíaco, además de que consigue dormir mejor.
La meditación, como hemos escrito, va más allá de uno u otro beneficio, pues una disciplina que favorece y ayuda a cada parte de nuestra vida, que logra crear una conexión efectiva e integral entre nuestra mente y nuestro cuerpo, además de que nos permite conocernos a nosotros mismos, principio que no es solo propio de la filosofía oriental, sino también de la occidental, un ejemplo es Sócrates y el oráculo de Delfos que proclamaban “conócete a ti mismo”, y este principio ha movido al mundo por milenios.